Redacción, 27-04-2017.- Investigadores de la New Mexico Highlands University (NMHU), en Las Vegas (USA) han demostrado que el cerebro también se beneficia directamente de el ejercicio realizado al caminar.
Según estos investigadores el impacto de los pies contra el suelo al caminar genera unas ondas de presión hacia las arterias que aumentarían el suministro de sangre al cerebro.
Hasta este momento se pensaba que el flujo de sangre al cerebro era regulado por el organismo, sin influencia de los cambios de presión sanguínea que se producen al realizar ejercicio. Estos hallazgos, han sido presentados en la reunión anual de la Sociedad de Fisiológica Americana en Biología Experimental 2017, que se celebra en Chicago, como recoge Europa Press.
En cuanto a la intensidad del ejercicio, si bien al correr se generan impactos del pie que rondan fuerzas 4 ó 5 G, el caminar producía también ondas arteriales significativamente fuertes como para producir un incremento de flujo sanguíneo en el cerebro. Estas ondas arteriales se sincronizan con la frecuencia cardiaca y regulan de forma dinámica el flujo de sangre al cerebro.La práctica del ciclismo, no generaba este efecto al no producirse impacto de los pies contra el suelo.
Los investigadores destacan que «nuevos datos ahora sugieren fuertemente que el flujo sanguíneo del cerebro es muy dinámico y depende directamente de las presiones aórticas cíclicas que interactúan con los pulsos de presión que surgen de los impactos en el pie»
Respecto a la frecuencia de pasos adecuada, Ernest Greene, autor principal del estudio indica que «hay un ritmo optimizado entre el flujo sanguíneo del cerebro y andar. Las tasas de los pasos y sus impactos del pie están dentro del rango de nuestras frecuencias cardiacas normales (alrededor de 120/minuto) cuando estamos avanzando con rapidez» y añade añade «que es sorprendente es que nos llevara tanto tiempo medir finalmente estos efectos hidráulicos obvios en el flujo sanguíneo cerebral».