Redacción, 30-01-2017.- Realizar ejercicio físico intenso cuando se padece gripe agrava los síntomas y ralentiza la recuperación, por eso es necesario moderar o suprimir la actividad deportiva mientras duren los síntomas de la enfermedad para favorecer una rápida recuperación.
Hay que tener en cuenta que en los días de mayor virulencia de la gripe, el cuerpo no está preparado para asumir las mismas condiciones de estrés que en situaciones normales. Practicar una actividad física muy intensa compromete al sistema inmune, haciendo más difícil la recuperación del estado de salud. Se entiende por ejercicios de alta intensidad aquellos que suponen un alto coste energético y tienen como consecuencia una respiración agitada y el aumento de la frecuencia cardiaca. Por el contrario, optar por la ejecución de ejercicios de intensidad baja-moderada resultará beneficioso, ya que facilitan la transpiración y contribuyen al buen funcionamiento del organismo en su vuelta a la normalidad.
Será necesario tomar mayores medidas de precaución al entrenar ante la aparición de síntomas como la fiebre, indicador de que no se trata de un resfriado o un catarro. “Con el cuerpo cansado, temperatura alta y dolor muscular general no es el momento más aconsejable para entrenar, debemos esperar a pasar los primeros días de gripe” sostiene Sergio Daza, Director de Salud de Zagros Sports Puerta Europa.
El problema se encuentra en que, el organismo se verá sometido a dos fuentes de estrés: el deporte y combatir el virus. Este estrés adicional obliga al sistema inmune a frenar la lucha contra la infección, alargando el tiempo de la enfermedad y abriendo la puerta a complicaciones o enfermedades más graves, como puede ser la neumonía.