Redacción, 30-06-2014.- Al menos un 80 por ciento de la población mayor de 60 años tiene signos de estenosis o estrechamiento del canal lumbar, aunque solo la mitad tiene síntomas de este proceso degenerativo, asociado al envejecimiento de los elementos que forman la columna vertebral y afecta a la región lumbar y cervical.
«Dado que la solución en muchos casos requiere una cirugía, los especialistas debemos tener amplios conocimientos no solo sobre la anatomía del conducto vertebral, sino también comprender su biomecánica y clasificación, su posible evolución y complicaciones» indica del doctor Francisco Villarejo, jefe de Servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario Niño Jesús.
Para dar respuesta a las dudas que pueden surgir, y profundizar en los aspectos clínicos y terapéuticos de esta patología, un total de 36 expertos en neurocirugía, radiología, cirugía traumatológica y reumatología coordinados por el doctor Francisco Villarejo participan en el libro ‘Estenosis de canal lumbar’.
El canal raquimedular es el conducto por donde circulan las raíces nerviosas que llegan a las extremidades inferiores, por lo que cuando se produce la estenosis -o estrechamiento -, los síntomas más frecuentes son fuertes dolores lumbares y trastornos de sensibilidad o adormecimiento en las extremidades inferiores.
Uno de cada mil pacientes requiere una intervención quirúrgica, por esta circunstancia, de gran impacto en la calidad de vida del paciente y en los costes sanitarios, hace imprescindible afinar en el diagnóstico diferencial, según se pone de manifiesto el manual.
«Es preciso insistir en estos aspectos para intentar optimizar los tratamientos. No debemos olvidar que el gasto global que supone la patología lumbar degenerativa equivale al 1% del producto interior bruto, esto es, alrededor de 6.000 millones de euros al año en España», ha insistido.
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PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
Una de las principales dificultades en el estudio de la estenosis es la ausencia de criterios diagnósticos universalmente aceptados que la definan. No obstante, el diagnóstico solo debe establecerse si el paciente presenta síndrome clínico (lumbalgia, dolor y parestesias en extremidades inferiores -adormecimiento, hormigueo-) y se confirma mediante pruebas de diagnóstico por imagen.
Aunque en ocasiones la estenosis de canal es congénita, habitualmente es un proceso degenerativo que empieza a partir de los 45 años. En estos pacientes, el canal estrecho es el resultado gradual del envejecimiento y el desgaste de la columna.
Los expertos señalan que los hombres se ven afectados por esta patología de forma más precoz que las mujeres entre los 50 y 70 años, pero esta tendencia se invierte con la edad y la incidencia aumenta en las mujeres a partir de los 70 años, debido al efecto degenerativo de la osteoporosis.
«La estenosis de canal es objeto de múltiples controversias en su tratamiento. Aunque el diagnóstico es fácil de realizar basándonos en la clínica del paciente y las técnicas de diagnóstico por imagen, las dudas surgen en el tipo de tratamiento a seguir», aclara el doctor Villarejo.
Es precisamente en el tratamiento donde el manual pretende aclarar muchas de las dudas, «y muestra que no existe una decisión uniforme para todo el mundo, porque cada enfermo tiene su tratamiento», explica.
En los últimos años, la cirugía de la estenosis de canal ha cambiado drásticamente y hoy en día, las nuevas técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas y biomecánicamente óptimas permiten un tratamiento individualizado de la estenosis del canal lumbar y la recuperación inmediata, a la vez que evitan los procedimientos agresivos en pacientes mayores.
Aunque el tratamiento inicial de la estenosis es la rehabilitación, la terapia con fármacos y la educación postural para aliviar el dolor, gran parte de los pacientes requiere cirugía, especialmente en los casos de población envejecida y con estructura muy desgastada, o en los pacientes que han realizado esfuerzos constantes de sobrecarga en lumbar.
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