Redacción, 17-06-2014.- Con el aumento de la obesidad infantil y el consiguiente incremento de la diabetes tipo 2 entre niños y adolescentes, existe un creciente interés en cómo los cuerpos de los menores procesan los alimentos que comen y cómo la obesidad y la diabetes comienzan a desarrollarse en edades tempranas.
Dos estudios presentados en la 74 Sesiones Científicas de la Asociación Americana de la Diabetes revelan que el azúcar se procesa de forma distinta en el cerebro de jóvenes que en el de adultos y que el tejido adiposo comienza a una edad temprana en los niños obesos.
El estudio realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de Yale, en Estados Unidos, comparó cómo los cerebros de los adolescentes y los adultos difieren en su respuesta a la ingestión de una bebida con glucosa.
Así, sus autores vieron que en los adolescentes, la glucosa aumenta el flujo sanguíneo en las regiones del cerebro implicadas en la recompensa-motivación y toma de decisiones, mientras que en los adultos disminuye el flujo sanguíneo en estas regiones.
«Aunque no podemos especular directamente sobre cómo la ingesta de glucosa puede afectar a la conducta, hemos demostrado que hay diferencias en cómo los adultos y los adolescentes responden a ella«, afirma la investigadora principal, Ania Jastreboff, profesora asistente de Medicina y Pediatría en la Escuela de Medicina de Yale, Estados Unidos.