Redacción, 30-01-2020.- La calefacción alta en casa, en la oficina o en el coche puede secar los ojos y provocar escozor, ardor o incluso la sensación de cuerpo extraño en su interior.
Con el invierno y las bajas temperaturas, los ojos sufren mucho. Está más asumido que es en verano cuando hay factores externos que pueden agredir la salud ocular y ya se toman medidas para proteger los ojos. Pero también en época invernal hay que protegerlos de la calefacción, las inclemencias del tiempo o la luz ultravioleta en zonas de montaña que entrañan riesgos para la vista, produciendo diferentes problemas.
El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia explica que las bajas temperaturas, el viento o el hecho de que el sol esté más bajo en el horizonte en invierno pueden perjudicar la salud de los ojos. También el frío y el viento puede causar un aumento de lagrimeo y sequedad que se puede reducir protegiéndolos con unas gafas y utilizando lágrimas artificiales. “Si el frío se combina además con viento, los ojos se secarán y el paciente notará ardor, escozor, enrojecimiento de los ojos y lagrimeo” –destaca el presidente, Eduardo Eiroa–.
Como consecuencia del acortamiento de los días y la disminución de la exposición a la luz natural, los optometristas gallegos destacan que la posición del sol en esta época es más baja en el cielo, de forma que sus rayos llegan con una inclinación que los hace muy molestos e igualmente nocivos. “Que el día esté nublado no significa que la radiación ultravioleta, parte integrante de los rayos solares, no llegue hasta nuestros ojos” –señala el presidente–.
Las gafas de sol no son solo para el verano, “deben usarse todo el año”. Los expertos recuerdan que está demostrado que la exposición a la luz del sol y a la radiación ultravioleta favorece la aparición de determinadas enfermedades, como las cataratas o la degeneración macular asociada a la edad. Por tanto, en invierno también es necesario utilizar gafas que lleven buen filtro frente a este tipo de radiación.