Redacción, 18-07-2014.- El estrés y la depresión se han asociado desde hace tiempo a un mayor riesgo de obesidad y ahora un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos, ha descubierto que estos trastornos mentales alteran el ritmo al que el organismo procesa los alimentos grasos, lo que podría explicar esta relación.
De hecho, según los resultados del trabajo que publica la revista ‘Biological Psychology’, han visto que las mujeres con estrés quemaron en siete horas 104 calorías menos cuando comían una cantidad de grasa similar a la que ingerirían una hamburguesa en cualquiera de las principales cadenas de comida rápida.
Un hallazgo que, según reconoce Janice Kiecolt-Glaser, autora del estudio, probaría que «el estrés puede promover el aumento de peso al disminuir el metabolismo de las grasas».
En concreto, la diferencia entre una persona con estrés y otra sin nada está en 104 calorías, una diferencia que en un día no es significativa «pero que si va sumando al cabo del año puede suponer hasta 11 libras» (más de 5 kilos aproximadamente).