Redacción,- 25-02-2020.- El frío y la lluvia son dos de los grandes problemas a los que se enfrentan las personas mayores, cuya salud es especialmente sensible a las bajas temperaturas. Del mismo modo, otras afecciones, como la artrosis, pueden verse agravadas por el frío.
Tal y como recoge Sanitas, debido a los cambios corporales propios de la edad, la sensación térmica de los mayores puede no adecuarse a la temperatura real, lo que provoca una mayor facilidad para contraer enfermedades típicas del invierno. »El proceso de envejecimiento del organismo altera el metabolismo basal y el sistema de termorregulación corporal y su capacidad para percibir la temperatura ambiente, por lo que tienen mayor dificultad de adaptación al frío o el calor», ha apuntado David Curto, responsable de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores.
Asimismo, no utilizar suficientes capas de abrigo o salir a la calle en momentos de temperaturas más bajas, como a primera hora de la mañana o una vez ha caído el sol, puede propiciar la aparición de neumonías (de origen bacteriano) o bronquitis (de origen vírico), ya que el frío favorece el crecimiento vírico y las bacterias se reproducen mejor. De igual forma, la gripe es una de las afecciones más comunes en el periodo invernal y su contagio es fácil en lugares concurridos, que conviene evitar para no contraer esta enfermedad.