Redacción, 19-03-2015.- Aclarar el color de los dientes hacia tonalidades más blancas supone emplear productos capaces de eliminar el esmalte dental superficial mediante tratamientos con productos blanqueadores que suponen riesgos para los tejidos que rodean al diente e incluso a éste.
Aunque no siempre es una cuestión estética, los principales riesgos en su aplicación proceden de este interés social creciente por lucir dientes cada vez más blancos.
Según explica a Infosalus Miguel López Andrade, vocal del comité ejecutivo del Consejo General de Dentistas de España, el blanqueamiento dental no es un tratamiento sencillo y la legislación europea y nacional exige que el peróxido de hidrógeno, del que derivan los productos blanqueadores, por encima del 0,1% de concentración sea sólo aplicado con la supervisión y control de un dentista ya que no toda persona puede pasar por una actuación dental de este tipo.