La investigación clínica es uno de los pilares clave para el avance de la Medicina, ya que es la manera más segura de descubrir nuevos tratamientos y comprobar la eficacia de un medicamento. En concreto, es un paso ineludible para que una terapia llegue a estar disponible de forma segura para la población.
En este punto, la colaboración desinteresada de los pacientes, que participan de forma voluntaria en los ensayos clínicos, es fundamental, ya que de ella depende profundizar en el conocimiento de los riesgos y beneficios de un tratamiento.
Por esta razón, Lilly organiza el 22 de noviembre la Jornada de Puertas Abiertas sobre Investigación Clínica, con el objetivo de informar e implicar a los pacientes en la investigación de nuevos medicamentos, para que puedan conocer de primera mano los beneficios de su aportación directa a la ciencia.
Para mostrar el lado más humano de la investigación clínica, contamos con Teresa Conde, una paciente de artritis reumatoide que, tras tener que abandonar el primer ensayo en el que participó, decidió formar parte de un nuevo estudio que le permitió probar un fármaco en investigación y con el que el resultado fue realmente positivo. «Los ensayos clínicos me han dado la oportunidad de probar un tratamiento puntero que ni siquiera estaba disponible en el mercado», remarca Teresa, de la Asociación de Artrite de Santiago (AAS).
Hace 12 años, Teresa Conde fue diagnosticada de artritis reumatoide. Hoy Teresa cuenta en primera persona su implicación en los estudios y el trato que recibió del personal que la atendía y controlaba en todo momento: «yo les diría a todos los pacientes que perdieran el miedo, que un ensayo clínico es una oportunidad para acceder a tratamientos que pueden mejorar tu vida y, sobre todo, que se está perfectamente controlado y cuidado por el personal médico».
Durante la Jornada de Puertas Abiertas, contaremos además con otros dos puntos de vista de la investigación clínica desde la perspectiva del paciente. La Asociación Española contra las Leucodistrofias explicará cómo pusieron en marcha un ensayo clínico desde la propia asociación: «nosotros teníamos la muestra de pacientes y la necesidad de un tratamiento innovador. Por eso, buscamos al equipo investigador y pusimos en marcha todos los mecanismos para promover nuestro propio estudio», comenta Giselle Martínez, trabajadora social de ELA España.
Por su parte, la Asociación de Padres de Niños con Cáncer (ASION) compartirán su iniciativa ‘La Hucha de Tomás’, para fomentar la investigación en Oncología Pediátrica