Redacción, 05-02-2015.- Quienes padecen este trastorno crean relaciones personales utilitaristas que no duran y aunque en un inicio su enfermedad lleva a que no les importe su integración social su salud mental les lleva a una marginalidad que en muchos casos conduce a la cárcel y a un pronóstico vital más que incierto.
Según explica a Infosalus Jerónimo Saiz, Patrono de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental y vocal de la Sociedad Española de Psiquiatría, el trastorno de personalidad antisocial es una pauta de comportamiento duradera en jóvenes que aparece alrededor de los 15 años y cuyo patrón de frialdad emocional les hace despreocuparse de los demás y de sus actos.
La Organización Mundial de la Salud lo denomina trastorno disocial de la personalidad y en la última edición del manual internacional de referencia de las enfermedades mentales, el DSM-5, se define como trastorno de personalidad antisocial. Esta enfermedad mental tiene características propias ya que constituye por sí misma un patrón que dificulta la relaciones personales y la adaptación a las normas y leyes.
Es un patrón alterado de conducta en el que priman agresividad, violencia, irritabilidad y un patrón cognitivo de uno mismo muy alto en el que los demás no son sino anécdotas. En su nivel de estructura mental son personas que tanto en sus emociones como en sus pensamientos son fríos y despreocupados y presentan intolerancia a la frustración. «Quienes lo padecen no respetan a los demás, no tienen empatía y les cuesta tener relaciones personales auténticas y duraderas ya que mienten, hacen daño, son muy impulsivos, agresivos y no demuestran culpa«, señala Saiz, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Alcalá de Henares.
En su origen podrían intervenir factores genéticos, ya que puede verse en otros familiares, y también es clave la influencia de un entorno de marginalidad y exclusión social. El trastorno se ha estudiado desde los ámbitos del psicoanálisis y la psiquiatría social y se ha asociado también con otras patologías como el consumo de drogas y alcohol y otros problemas como la ansiedad y la depresión.