Redacción, 29-11-2020.- Más de 50.000 personas se fracturan la cadera al año en España, lo que significa que en nuestro país cada veinte minutos alguien se fractura esta articulación.
La Dra. Inmaculada Gómez Arrayás, Jefa de la Unidad de Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital Ruber Internacional, aborda en el programa ¿Qué me pasa doctor? de La Sexta, que dirige y presenta el doctor Beltrán, las últimas técnicas quirúrgicas que consiguen mejorar los resultados, disminuir estancia hospitalaria y una rápida recuperación e incorporación a la vida diaria tras la intervención de la cirugía de cadera.
La edad media de los afectados es de 87 años y se espera que la incidencia aumente en el futuro sobre todo entre los mayores de 80.
Las fracturas de cadera son tres veces más comunes en las mujeres.
Los huesos de las personas mayores son más propensos a romperse ya que con la edad se vuelven más delgados y débiles por la pérdida de calcio, normalmente producida por la osteoporosis, el principal factor de riesgo.
«Las fracturas de cadera pueden ocurrir en la cabeza del fémur, en la parte estrecha del mismo o en la zona más amplia situada justo por debajo del cuello», afirma la doctora Gómez Arrayás. Normalmente se realiza una intervención quirúrgica para reparar la cadera o a veces para sustituir la articulación.
La experta destaca el concepto ERAS (recuperación mejorada después de la cirugía), también llamado «Fast track», o «Rapid Recovery».
El concepto de ERAS se dirige a factores que retrasan la recuperación postoperatoria, como el estrés quirúrgico y la disfunción orgánica.
«Representan un enfoque multidisciplinario dirigido a reducir las complicaciones postoperatorias, acortar la duración de la estancia hospitalaria, mejorar la satisfacción del paciente y acelerar la recuperación», señala la doctora Gómez Arrayás.
Se ha asociado con la reducción de la duración de la estancia en el hospital, la tasa de readmisión y la recuperación funcional mejorada
Pero no sólo debemos preocuparnos de las fracturas de cadera por su elevada prevalencia y su coste económico y social sino por cómo afectan al enfermo y a su entorno. «Por este motivo es necesario que la sociedad tome conciencia de la magnitud del problema y se establezcan estrategias específicas para su prevención y tratamiento», destaca la experta.
En los últimos años se ha innovado en materiales y se instalan prótesis cada vez menores
Por todo ello, concluye la doctora Gómez Arrayás, que «los pacientes deben saber que pueden vivir sin dolor, y que no deben tener miedo a la operación».