Redacción, 13-02-2021.- El 5% de los niños aprende a caminar de puntillas. A Pesar de que muchos padres encuentran «graciosa» esta forma de deambular, lo cierto es que deben consultar con un especialista en Podología. No sólo porque puede ser señal de un problema neurológico, que hay que descartar; sino también porque, si no se aborda a tiempo, puede generar daños no sólo en los pies, sino también en la espalda, la rodilla o la cadera, según Quirónsalud.
Así lo explica la podóloga del grupo hospitalario en Tenerife Beatriz Torcida, quien asegura que los niños que se mueven de esta manera son más rápidos y ágiles, pero también están sometidos a una mayor inestabilidad. «Mantener el pie siempre en esta posición provoca un acortamiento de toda la musculatura del tren posterior de la pierna», añade la experta.
Torcida apunta que muchas personas tienden a banalizar los problemas de los pies, sin saber que un correcto cuidado de estos puede prevenir muchos problemas de salud, como pies planos, valgos, pronados, cavos, dedos en garra, lesiones de rodilla e incluso de espalda.
La visita al podólogo debe ser anual y lo ideal es que los niños acudan a consulta a partir de los 3-4 años, que es cuando la musculatura ya está definida.
«Cuanto antes empecemos a tratarnos, menos tiempo de tratamiento tendremos que seguir y mucho más efectivo será. El diagnóstico precoz es esencial«, subraya la especialista. Asimismo, es también fundamental hacer un seguimiento de la evolución de la pisada de los niños, pues hasta que llegamos a la etapa adulta los pies van sufriendo cambios que pueden derivar en patologías.
En el caso de los niños que andan de puntillas es clave la valoración de un podólogo, tanto a través de una exploración biomecánica, como del estudio de la marcha.
Tras este análisis lo habitual es que el problema se resuelva con tratamiento ortopédico, así como con la realización de unos ejercicios que permitan fortalecer los músculos más débiles.