Redacción, 19-10-2020.- La llegada del otoño supone un esfuerzo por parte de nuestro organismo para adaptarse a la nueva estación y a los cambios en los hábitos de vida. Las horas de luz natural disminuyen, se multiplica la práctica de actividades en espacios con iluminación artificial o cerrados, y aumenta el frío y la sequedad ambiental.
Tal y como recoge Cigna, todos estos factores, así como una mayor incidencia de gripes y resfriados, provocan que durante esta estación aumenten las patologías oculares, como la conjuntivitis.
Por eso, es importante tener en cuenta ciertas pautas para prevenir cualquier problema en este sentido y cuidar de la salud ocular.
Algunas de ellas son: usar lentillas desechables, mantener una rutina diaria de limpieza de rostro, prevenir la sequedad de los ojos frente al ordenador, mantener una dieta rica en vitamina A o evitar el uso de gel hidroalcohólico antes de manipular las lentes de contacto.
La etapa otoñal es, junto con la primavera, el periodo del año en el que se producen más casos de manifestaciones alérgicas, lo que repercute directamente en el sistema visual. Y es que los alérgenos que trae el otoño producen un incremento de conjuntivitis alérgica, que, tal y como apunta el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas de España (CNOO), afecta a un cuarto de la población española.
Detrás de esta afección, caracterizada por la inflamación de la conjuntiva ocular, picor, quemazón, lagrimeo, enrojecimiento o fotosensibilidad, se encuentra la germinación de plantas como la ambrosia, o el moho que se desarrolla con las primeras lluvias tras el verano.
El viento otoñal, el polvo de los espacios cerrados y el humo son los aliados perfectos del ojo seco, la vista cansada o la conjuntivitis vírica.
De hecho, este último tipo de afección supone hasta el 80% de los casos de conjuntivitis aguda, siendo el tipo más frecuente de conjuntivitis en la edad adulta, tal y como señala la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).