Redacción, 23-05-2016.- El Colegio de Farmacéuticos de Castellón ha acogido este fin de semana una charla centrada en la alimentación infantil y la posible influencia del farmacéutico sobre ella. “La alimentación en los primeros 1000 días de vida es fundamental para la salud futura de los niños”, explicó el Dr. Valero Sebastián acompañado por la Vocal de Nutrición de ICOF y organizadora del curso, Rosa Arnau.
Los farmacéuticos asistentes fueron los encargados de analizar recientes estudios científicos que demuestran que una menor parte de la salud del bebé dependerá de sus genes, pero que la mayor parte dependerá de su entorno, donde la alimentación es un factor muy significativo. Además hay que tener en cuenta que los requerimientos nutricionales de los niños no son iguales a los de un adulto ya que tienen necesidades nutricionales específicas por estar en un periodo de rápido crecimiento.
Según el Dr. Sebastián, “desde el momento de la concepción, la nutrición de la futura madre tiene un impacto en la salud futura de su hijo: mantener un peso correcto en el embarazo, incrementar la ingesta de ciertas vitaminas y minerales, y la calidad de la dieta de la embarazada son factores clave”. Una vez que el bebé ha nacido, la leche materna es la mejor forma de alimentarlo. Por ello se recomienda la lactancia materna en exclusiva durante los primeros 6 meses de vida del bebé. Una madre lactante es capaz de producir leche con la cantidad adecuada de proteínas, grasas, carbohidratos y minerales, incluso cuando no está recibiendo la ingesta adecuada de estos nutrientes. Por el contrario, las vitaminas, yodo y omega 3 (DHA) presentes en la leche materna están muy ligados a la dieta de la madre. Por todo ello, es fundamental que las madres lactantes sigan una dieta variada y equilibrada, ajustada a este periodo de necesidades nutricionales específicas.
A partir de los 6 meses es importante la introducción de nuevos alimentos, sabores y texturas para desarrollar unos hábitos nutricionales adecuados, además de asegurar la ingesta de nutrientes adecuados en esa fase de importante crecimiento y desarrollo.
Los niños entre 12 y 24 meses siguen teniendo unas necesidades nutricionales específicas que la dieta de los adultos no puede cubrir. La cantidad de nutrientes que necesitan por kilo de peso puede llegar a ser de entre 4 y 7 veces más que las de un adulto, de ahí la importancia de continuar con una dieta adaptada en esta edad.