Redacción, 27-01-2014.- Poco crecimiento durante los tres primeros meses del embarazo se asocia con una serie de factores de riesgo cardiovascular en la infancia, según concluye una investigación que se publica en ‘British Medical Journal’. Los resultados se suman a un creciente cuerpo de evidencia y sugieren que el primer trimestre de embarazo puede ser un periodo crítico para la salud cardiovascular en la edad adulta.
El primer trimestre del embarazo incluye la «fase embrionaria», un periodo de rápido desarrollo, cuando el corazón y otros órganos importantes comienzan a formarse. Por ello, un equipo de científicos de Países Bajos decidió examinar si un crecimiento pobre a lo largo de este espacio de tiempo está relacionado con el riesgo cardiovascular en la infancia.
En la investigación, participaron 1.184 niños en edad escolar con mediciones de longitud cráneo-cóxis en el primer trimestre (comúnmente utilizadas para estimar la edad del fecto) cuyas madres sabían el primer día de su último periodo menstural y tenían un ciclo regular. También se registraron varios factores, como la edad materna, la etnia, la educación el tabaquismo, el índice de masa corporal y la presión arterial.
Hacia alrededor de los 6 años de edad, se evaluaron los factores de riesgo cardiovascular de los niños, incluyendo el índice de masa corporal, la distribución de la grasa corporal, la presión arterial, los niveles de colesterol y las concentraciones de insulina.
Usando la longitud cráneo-cóxis del primer trimestre, los investigadores dividieron el grupo de fetos en quintos. En comparación con los del quinto más alto, los del más bajo (los fetos más pequeños) tuvieron, a los 6 años, más masa grasa total y androide (grasa almacenada alrededor del abdomen), un aumento de la presión arterial diastólica y un perfil adverso de colesterol.
Un crecimiento pobre durante el primer trimestre también se asoció con un mayor riesgo de agrupación de estos factores de riesgo cardiovascular en la infancia. Los autores reconocen que algunas de sus relaciones pueden haber surgido por casualidad, pero señalan que el primer trimestre de embarazo puede ser un periodo crítico para la función cardiovascular y metabólica.
«Se necesitan más estudios para identificar los mecanismos biológicos causales subyacentes y las consecuencias a largo plazo», añaden estos expertos, que aseguran que las estrategias de futuro para mejorar la salud cardiovascular «pueden comenzar desde el embarazo temprano en adelante o, incluso, antes de la concepción».