Redacción, 18-12-2017.- En esta recta final del año nuestras baterías llegan casi agotadas y en muchas ocasiones afrontamos las fiestas navideñas como un reto más a superar que, unido a todas las obligaciones rutinarias, convierten a las navidades en una fuente extra de estrés.
Según David Gómez, Coach de ASESCO (Asociación Española de Coaching) “En Navidad a veces la palabra felicidad parece impuesta y nuestras emociones están a flor de piel. Nos puede generar melancolía, estrés, angustia por la soledad, o tristeza por no tener cerca a los seres queridos. Es básico controlar y gestionar nuestras emociones, saber dominarlas, para que los sentimientos no se desboquen. Debemos potenciar las motivaciones y los valores que tenemos y a veces, saber cómo desconectar.
Se puede aprovechar las fiestas pueden ser unas vacaciones ideales para recargar energía, comenzar el año nuevo a tope y con objetivos bien definidos. Para ello tenemos que aplicar en nuestra vida una serie de cambios en nuestras creencias, comportamientos y rutinas que harán de este periodo una oportunidad para el verdadero disfrute y que empecemos el año siguiente.
Es fundamental ser capaz de decir que NO. Uno de los mayores lastres mentales que nos genera ansiedad y estrés en Navidades es la obligación que nos imponemos por querer cumplir con todos los compromisos familiares y sociales que nos demandan las personas allegadas. Son fiestas en las que parece que no hay un mañana y nos sentimos obligados a sacrificar nuestro descanso y desconexión con el mundo por tener que estar con nuestros familiares. Encontrar un equilibrio entre tus deseos y obligaciones para con los demás es clave para que estas vacaciones no se conviertan en una fuente de estrés. Si realmente necesito y quiero unas vacaciones alejado de mi vida rutinaria, lo más importante es respetarse por encima de todo y hacerlo.
Hay que cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente. Aunque no viajemos a ningún sitio en estas vacaciones, podemos aprovechar este periodo vacacional para pasear más por nuestra ciudad, salir al campo a hacer senderismo, caminar por la playa, ponernos al día con esos libros a medio terminar en nuestra mesilla de noche o aprovechar esos momentos o periodos de ‘no hacer nada’ para incentivar nuestra creatividad y definir cómo queremos que sea el año venidero. Las mejores ideas nos vienen cuando estamos relajados y dejamos la mente errante.
Aunque pueda que no tengas muchos días de vacaciones, procura acumular al menos una semana completa para poder tener el tiempo suficiente para desconectar de tu vida rutinaria. Si sólo tenemos días intermitentes nos será más complicado hacerlo y tendremos la sensación de no haber tenido vacaciones. Realmente necesitamos tener la sensación de desconexión para recargar las pilas.
Y si eres de los que te decantas por viajar, procura planificar con tiempo este periodo vacacional para poder ahorrar y tener los mejores precios, evitando así el estrés por los gastos que tendrás.