La campaña de vacunación contra la gripe estacional comenzará el lunes 14 de octubre en Navarra y se desarrollará hasta el 30 de noviembre. Este año se han adquirido 120.000 dosis, misma cantidad que el pasado año, y el gasto total ha sido de 408.000 euros, 3,40 euros por dosis.
Todos los detalles de la nueva campaña de vacunación, que en esta ocasión incidirá en la importancia de que se vacunen embarazadas y personal sanitario, han sido presentados este viernes en rueda de prensa por la directora general de Salud, Cristina Ibarrola, y la directora del Instituto de Salud Pública y Laboral, Marisol Aranguren.
Ambas han explicado que la vacunación antigripal tiene como fin «reducir la mortalidad y morbilidad asociada a la gripe y el impacto de la enfermedad en la población» y han destacado que, aunque la vacuna «no evita el 100 por ciento de los casos, como ninguna», la misma es «realmente eficaz».
En este sentido, Cristina Ibarrola ha resaltado que «la gripe en vacunados con respecto a no vacunados baja de forma relevante» y que «la efectividad de la vacuna en gente a la que se le ha dispensado es del 65 por ciento». Además, ha subrayado, que «aunque aparezca la gripe a personas vacunadas suele ser de menor gravedad».
Según ha detallado, se calcula que la vacunación evitó el pasado año, aproximadamente, 700 consultas de atención primaria en personas con factores de riesgo, 44 hospitalizaciones y seis ingresos en unidades de cuidados intensivos. Se estima que por cada 290 dosis de vacuna administradas a mayores de 65 años se previene una muerte.
En concreto, la campaña de vacunación contra la gripe, ha explicado Marisol Aranguren, está dirigida fundamentalmente a proteger a tres grupos de población: personas que tienen un mayor riesgo de presentar complicaciones en caso de padecer la gripe, quienes puedan transmitir la enfermedad a personas de riesgo, y trabajadores que, por su ocupación, proporcionan servicios esenciales a la comunidad.
En el grupo de personas que tienen un alto riesgo de padecer complicaciones se incluyen mayores de 60 años; adultos con enfermedades crónicas cardiovasculares o pulmonares o que hayan precisado seguimiento médico periódico u hospitalización en el año precedente por enfermedades metabólicas crónicas (incluyendo diabetes mellitus), insuficiencia renal, obesidad mórbida, hemoglobinopatías o inmunosupresión (incluyendo la originada por fármacos); implante coclear; y personas de cualquier edad internadas en residencias.
En este grupo se incluyen también los niños de más de seis meses o con asma; así como niños y adolescentes (de 6 meses a 18 años), que estén en tratamiento prolongado con aspirina.
Por su parte, el grupo que puede transmitir la gripe a otras personas está integrado por personal médico, personal de enfermería y otro personal intra y extrahospitalario que atiendan a personas de alto riesgo (ancianos, transplantados, personas con sida); personal empleado en asilos o en centros de cuidados de crónicos que tienen contacto directo con los residentes; personas que proporcionen cuidados domiciliarios a pacientes de alto riesgo; y convivientes en el hogar, incluidos niños y niñas, de personas de alto riesgo.
El último grupo, el de personas que trabajan en servicios públicos especiales, está integrado por fuerzas de seguridad, bomberos, servicios de protección civil y maestros. Asimismo, se recomienda la vacunación a personas que trabajan en granjas de aves y a aquellos que trabajan en control y erradicación de brotes.