Redacción, 27-08-2018.-Las tecnologías han contribuido a desarrollar una oferta cada vez más amplia en términos de entretenimiento y comunicación, pero también tienen sus riesgos. Una utilización exhaustiva de dispositivos electrónicos, teléfonos móviles, tabletas y videojuegos por parte de los jóvenes genera preocupación en los padres. De hecho, la llamada adicción a la tecnología es una nueva patología cuya influencia va en aumento, tal y como recoge HM Hospitales.
La Dra. Lilia Marinas Navarro, psiquiatra infanto-juvenil del Hospital Universitario HM Puerta del Sur, indica que es necesario distinguir entre uso inadecuado y adicción, ya que se estima que alrededor de un 20% de los jóvenes hace un uso excesivo de la tecnología, mientras que solo un 1,5% de ellos presenta síntomas de adicción.
La especialista de HM Hospitales explica que «la adicción es un problema complejo y grave, hay una repercusión muy importante en la vida del menor, que gira en torno al uso de estos dispositivos, lo que llega a provocar un grave deterioro de sus relaciones en el entorno familiar, social y académico, así como un daño fisiológico». Los niveles más altos de riesgo se presentan en la franja de edad que va desde los 11 a los 25 años, por lo que es recomendable estar alerta para intervenir antes de que un uso inadecuado llegue a afectar a la vida del menor.
A diferencia de otras adicciones, en la de la tecnología no existe una sustancia química que la provoque, sino conductas repetitivas que en un primer momento generan una sensación de euforia que más tarde deriva en una pérdida de control. La Dra. Marinas Navarro afirma que «las nuevas tecnologías no son adictivas en sí mismas, ya que solo una pequeña proporción de jóvenes presenta problemas de adicción pese al uso generalizado de ellas». Lo que desata la patología es la combinación de un uso inadecuado con determinados rasgos de personalidad, problemas emocionales o factores sociofamiliares.