La Farmacia se ha visto afectada por la aguda crisis por la que atraviesa la economía española, aunque algunas particularidades que afectan al sector está provocando mayores distorsiones que en otras actividades menos intervenidas. Sin embargo, la red de farmacias son parte fundamental del sistema sanitario y los servicios que prestan van más allá de la mera dispensación y distribución de medicamentos. De este modo opina Juan Iranzo, Catedrático de Economía Aplicada de la UNED y Decano del Colegio de Economistas, que ha elaborado un exhaustivo análisis sobre el contexto económico del sector farmacéutico, recogido en “GEOECONOMÍA-La Farmacia ante los cambios estructurales” (publicación que ha sido dirigida por Eduardo Olier).
“La red de farmacias en España desempeña una gran labor social, llevando a cabo no sólo las funciones propias de venta de medicamentos sino también la de asesorar a los pacientes sobre su uso adecuado. Esta responsabilidad contribuye a una mejora en la eficiencia del gasto farmacéutico, permitiendo un control primario en el consumo excesivo de fármacos y permite un correcto uso de los mismos. Sin embargo, la reducción de los márgenes, el dilatado plazo de los pagos por parte de la Administración y la aguda crisis económica están acentuando los problemas de viabilidad de muchas de las oficinas de farmacia, arriesgando, por lo tanto, los beneficios que se desprenden de una reducción de dicha actividad”, explica Iranzo, para quien el consejo farmacéutico mitiga los problemas de información asimétrica, añade valor al servicio de dispensación que llevan a cabo los profesionales ocupados en las oficinas de farmacia y contribuye a la contención del gasto sanitario ya que disuade el consumo excesivo de fármacos y permite un correcto uso de los mismos.