Redacción, 10-04-2014.- El patrono de la Fundación Pfizer, Juan Rodés, ha asegurado que la actividad de los Institutos de Investigación sitúa a España en una posición potente y competitiva para llevar a cabo una investigación traslacional de vanguardia.
Rodés se ha pronunciado así en el foro ‘Avances científicos de vanguardia en la investigación biomédica’, organizado por la Fundación Pfizer, junto con la Fundación Ramón Areces y el Instituto de Salud Carlos III. Allí, diversos investigadores españoles han expuesto sus proyectos científicos más recientes en campos como las terapias biológicas, diabetes tipo 2, tumores y enfermedades inflamatorias.
No obstante, el director del Instituto de Salud Carlos III, Antonio L. Andreu, ha avisado de que la colaboración pública-privada en Espala sigue siendo una de las «asignaturas pendientes» en España, por lo que destacado la necesidad de que se apoye esta colaboración y de que se promuevan actividades de mecenazgo como elemento de ayuda, colaboración y mantenimiento de la excelencia y competitividad científica.
«En cualquier caso todo lo que conlleva la agenda de colaboración pública-privada será uno de los grandes elementos de este 2014 y de los próximos años y no me refiero solo a España sino a todo el marco europeo ya que es uno de los pilares de la Estrategia Horizonte 2020. Para que la ciencia europea mantenga su nivel competitivo a escala global, tiene que haber un acercamiento entre ambos sectores, un espacio de cooperación que permita desarrollar una investigación puntera también desde el punto de vista económico», ha apostillado.
Por su parte, Rodés ha recordado que actual reto consiste en avanzar para que el conocimiento desarrollado pueda alcanzar una innovación sobre productos biomédicos, para lo que es necesario que exista además una inversión económica privada significativa.
De hecho, a juicio de los expertos, el «gran desarrollo tecnológico» que se ha producido en los últimos años dará lugar a que todas estas tecnologías (genómica, proteómica, metabolómica, bioinformática, entre otras) se incorporen en el diagnóstico «más preciso» de las enfermedades humanas. Asimismo, el desarrollo de la farmacogenómica permitirá establecer una terapéutica individualizada.
En este campo, los biomarcadores son y serán «esenciales» para conseguir nuevas dianas terapéuticas, y seguir progresando en la farmacogenómica y hacia los tratamientos personalizados.
Precisamente, el director de Investigación del Hospital Clínico de Barcelona y director de la Fundació Clínic, Elías Campo, ha presentado el trabajo que está desarrollando en la identificación de biomarcadores y diseño de nuevas terapias. «Los biomarcadores han ayudado en cuatro ámbitos fundamentales: el diagnóstico de la enfermedad, el pronóstico, la predicción de la posible respuesta a determinadas terapias y la monitorización del seguimiento de los pacientes», ha explicado.
En la actualidad, tanto los detectados en tejidos, células aisladas como en líquidos corporales se están utilizando en todo tipo de enfermedades, como cancerosas, inflamatorias, neurológicas y cardiovasculares.
«Gracias a los progresos en este campo y al mejor conocimiento de los mecanismos genéticos y moleculares que causan las enfermedades, obtenemos una imagen más real y precisa de su dinámica e identificamos los marcadores que podemos utilizar en la práctica clínica», ha zanjado Campo.
.