Redacción, 03-04-2020.- Luis Enjuanes, investigador del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) se contagió del virus la pasada semana, “fuera del laboratorio”, donde está desarrollando la vacuna contra la Covid-19.
Pregunta- La Universidad de Harvard (EE. UU.) ha propuesto infectar jóvenes sanos para probar la vacuna de forma más rápida. ¿Qué le parece?
Respuesta- Eso a mí ni se me pasa por la mente. Antes hay que pasar por muchas etapas. Todo el mundo que trabaja en desarrollo de vacunas sabe que primero hay que desarrollar la vacuna y después probarla en modelos animales experimentales, preferentemente ratones, luego civetas o lechoncitos pequeños y finalmente monos macacos. Si no producen daños secundarios significativos entonces ya se pasa a los ensayos clínicos fase I, II y III en humanos. No se nos pasaría por la cabeza utilizar a niños pequeños como conejillo de indias, aunque sabemos que, en general, estos virus no producen una enfermedad relevante en ellos.
P-¿Cuánto les queda para empezar a probar un candidato a vacuna en animales no humanos?
R-Nos faltan un par de semanas para tener lo que llamamos un clon del virus y manejarlo con ingeniería genética. Esto nos permite aplicar la tecnología para generar una colección de virus, a cada uno de los cuales le falta alguno de los genes.
Lo que hacemos es una combinación de estas deleciones para atenuar el virus y obtener un candidato seguro.
P- Su grupo ya ha trabajado en el diseño de la vacuna contra coronavirus anteriores, como el SARS en 2002 y el MERS en 2012.
R- Tengo que decir que estas vacunas protegen el 100% de los casos que hemos evaluado. Esta es nuestra área de trabajo, no somos nuevos y esto nos permite avanzar más rápidamente con el SARS-CoV-2.
La frustración que tenemos, como muchos científicos, es que hacemos el descubrimiento, luego llevamos a cabo una primera parte del desarrollo, que suele costar diez veces más; y finalmente se comercializa, que cuesta cien veces más. La primera parte es nuestra responsabilidad, pues somos laboratorios con alta experiencia y podemos hacerlo rápido. Pero si luego se pierde interés, como pasó con el SARS, la vacuna ya no se desarrolla.
Se trabaja a toda máquina cuando hay presión por una necesidad urgente y luego, cuando desaparece, ya no se acuerda nadie. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que cuando superemos esta pandemia, que seguro que va a suceder, no olvidemos continuar con las investigaciones que se han puesto en marcha, porque la experiencia demuestra que cada 8 o 10 años sale un coronavirus mortal para los humanos.
P- De todas formas, el SARS-CoV-2 tiene pinta de ser un poco diferente al SARS y el MERS. El virus actual es mucho más contagioso y ha afectado a muchos más países…
R- Sí, este tiene su propia personalidad. Si destacase una cosa sería su estado oculto. Hay personas asintomáticas que tienen una cantidad tan alta de virus como la de una persona muy enferma.
Esta es la mayor característica, por el momento, de este nuevo virus: tiene la capacidad de infectar a una persona que se encuentra estupendamente, que va a trabajar, al cine y a los restaurantes, diseminando el virus sin tan siquiera saberlo. Esto contrasta mucho con lo que ha pasado con los coronavirus mortales anteriores