Redacción, 21-11-2020.- La Dra. Carmen Pingarrón Santofimia, Jefa de Equipo de Ginecología y Obstetricia de Quironsalud San José, señala que «a los efectos ya conocidos de la pandemia provocada por la COVID-19 se han sumado otros impactos inesperados en todo el mundo, tales como un aumento de mortalidad y morbilidad entre mujeres y recién nacidos relacionados con embarazos no deseados, demoras en la búsqueda, acceso y atención de planificación familiar y la aparición de resultados no deseados relacionados con el embarazo; todo ello unido ha desembocado en un mayor coste a la hora de afrontar las morbilidades sufridas por un sistema de salud ya abrumado».
Por todo ello -señala la experta- «podemos decir que la anticoncepción se ha convertido en un servicio esencial durante la pandemia«.
Para adaptarse a la nueva situación, la Dra. Pingarrón propone algunas medidas como fomentar e incrementar el uso de la telemedicina para recibir asesoramiento sobre anticoncepción segura y efectiva, así como sobre educación sexual y su seguimiento o el uso generalizado de los anticonceptivos reversibles de larga duración (LARC), considerados uno de los métodos anticonceptivos más eficaces.
Tal y como recoge Quirónsalud, el uso de los anticonceptivos LARC ofrecería las siguientes ventajas para las usuarias frente a los antinconceptivos hormonales (AHC):
- Aseguran protección a largo plazodurante la pandemia.
- Sus beneficios superan el riesgo de transmisión de la COVID-19.
- Las mujeres con historia de tromboembolismo venoso, tromboembolismo pulmonar o accidente isquémico pueden usar DIU de Levonorgestrel.
- Parecen no tener efectos significativos cuando se coadministran con los tratamientos para la COVID-19.