Redacción, 20-12-2017.- El envejecimiento poblacional es un hecho constatado en los países desarrollados, y España no es una excepción. A nivel global, los mayores de 65 años representan en el momento actual el 19% de la población y el 14% del censo de conductores.
Como subraya el Dr. Eladio Jiménez Mejías, miembro del Grupo de Trabajo de Actividades Preventivas y Salud Pública de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), “su letalidad en 2016 fue casi 4 veces superior a la del resto de usuarios de las vías abiertas al tráfico”.
Son múltiples los factores que están detrás de estas altas cifras: el deterioro cognitivo propio de la edad, la pluripatología (los problemas visuales y auditivos, la diabetes mellitus, las cardiopatías…) y el consumo de fármacos (benzodiazepinas, antihipertensivos o algunos analgésicos) que tales patologías comportan y que interfieren en la conducción segura.
A juicio del Dr. Gómez Peligros, miembro del Grupo de Trabajo de Actividades Preventivas y Salud Pública de SEMERGEN, “desde la Atención Primaria es necesario realizar actividades preventivas para disminuir las lesiones por tráfico”, y apunta 5 apartados básicos a tener en cuenta: historia clínica del paciente, evaluación de enfermedades, prescripción adecuada de los fármacos, consejos y evaluación de riesgo de conducción insegura.
El médico de Familia posee un adecuado conocimiento sobre las patologías y los fármacos que consume el anciano, y dispone de la información sobre el contexto familiar y social que rodea a estos pacientes.