Redacción, 29-01-2014.- La alergia al polen la sufre hasta un diez por ciento de la población mundial e históricamente siempre han relacionado su patología con la primavera. Pero los expertos vienen observando desde hace dos décadas un nuevo cuadro de alergia respiratoria de las vías altas en los meses de invierno debido a la liberación de polen de las cupresáceas, principalmente de los cipreses y arizónicas del arbusto, responsables de rinitis y conjuntivitis alérgica. Sabemos que las máximas concentraciones de este polen se producen durante los meses de enero, febrero y principios de marzo (cuando finaliza la polinización).
Cabe destacar que en los últimos años el número de afectados por pólenes de cupresáceas igualó e incluso superó a los que tuvieron alergia por gramínea en los meses de mayo y junio, según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica.
Los síntomas característicos de este tipo de alergia son los estornudos, secreción nasal acuosa, picor en la nariz y en los ojos. Además los afectados presentan enrojecimiento en los mismos y los suelen tener llorosos. Según el Dr. Tomás Chivato, Profesor de Alergología y Decano de la Facultad de Medicina CEU San Pablo, es muy raro que este polen produzca un cuadro de alergia respiratoria de las vías bajas, lo que se conoce como asma.
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RECOMENDACIONES
El Dr. Chivato recomienda llevar a cabo una serie de medidas higiénicas. La medida fundamental, asegura, es evitar la exposición a los pólenes alergénicos eludiendo lugares con alta densidad de arizónicas sobre todo en el momento crítico de polinización y trasladándose, si es posible, a zonas libres de pólenes. Los niveles de polen son mucho más elevados en el centro de la Península, siendo las personas que viven en zonas costeras alérgicas en su mayoría a los ácaros, concretamente entre el 70 y el 80 por ciento, y no al polen.
Otro consejo útil es no abrir las ventanas del domicilio a primera hora de la mañana ni cuando cae el sol, ya que es en estas horas cuando los niveles de pólenes están más elevados. También ducharse y cambiarse de ropa al llegar a casa y procurar no tender la ropa en el exterior, sobre todos los días de recuentos altos, ya que los granos de polen pueden quedarse atrapados en las prendas.
Por otro lado, es aconsejable llevar gafas de sol, gafas antipolen y mascarilla cuando se sale a la calle para que el polen no pueda entrar en contacto con los ojos y la mucosa nasal. Así como poner filtros antipolen en los aparatos de aire acondicionado, tanto en el domicilio como en el coche (no hay que olvidar cambiarlos con frecuencia).
Es importante, matiza el especialista, que cuando se viaje en coche se haga con las ventanillas cerradas y disminuir las actividades al aire libre entre las 5-10 de la mañana (emisión de pólenes) y las 7-10 de la tarde (período de descenso del polen desde lo alto de la atmósfera, al enfriarse el aire). Recomienda también permanecer el mayor tiempo posible dentro de casa durante los días de mayores concentraciones de pólenes, sobre todo los días de viento, y evitar tener plantas que polinicen por el aire si se tiene jardín.
El tratamiento sintomático se centra en los antihistamínicos. Durante el período de polinización de aquellos pólenes causantes de los síntomas es recomendable el uso de este tipo de fármacos tipo bilastina, desarrollado por Faes Farma, que destaca por su potencia y eficacia, sin efecto sedante, sin toxicidad cardíaca, sin metabolismo y sin interacciones con el citocromo P450.
En el caso de que los síntomas sean más intensos, también está recomendado el uso de corticoides tópicos nasales. Y para los ojos están indicados los colirios con antihistamínico.
Si los síntomas se mantienen en el tiempo debe aparecer en escena la inmunoterapia (vacunación) para disminuir el grado de alergia a los pólenes responsables, y de este modo disminuir o incluso llegar a eliminar la necesidad de medicación sintomática que, de otra manera, el paciente tendría que tomar año tras año durante la mayor parte de la vida. Además, la vacuna previene la evolución de la sintomatología hacia el asma bronquial (algo que ocurre hasta en el 60 por ciento de los pacientes con rinitis polínica intensa que no se vacunan). Este tratamiento, a diferencia del anterior, sí es parcialmente curativo, pudiéndose discontinuar en la mayoría de los casos al cabo de los 3-5 años.
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