Redacción, 18-06-2014.- A partir de la pubertad, los niños y las niñas experimentan diferentes frecuencias cardiacas y cambios en la presión arterial tras el consumo de cafeína, según concluye un estudio liderado por Jennifer Temple, profesora asociada en el Departamento de Ejercicio y Nutrición de la Escuela de Salud Pública y Profesiones de la Salud de la Universidad de Buffalo, en Estados Unidos.
Las chicas también experimentan algunos cambios por el efecto de la cafeína durante sus ciclos menstruales, tal y como revela el estudio, titulado ‘Las respuestas cardiovasculares a la cafeína, por sexo y estadio puberal’, que se publica en la edición de este lunes de la revista ‘Pediatrics’.
El consumo de cafeína por los niños y adolescentes ha ido en aumento desde hace décadas, debido en gran parte a la popularidad de los refrescos con cafeína y las bebidas energéticas, que ahora se comercializan para niños a partir de 4 años. A pesar de esto, hay poca investigación sobre los efectos de la cafeína en los jóvenes.
Estudios anteriores, como los de este equipo de investigación, han demostrado que la cafeína aumenta la presión arterial y disminuye la frecuencia cardiaca en niños, adolescentes y adultos, incluidos los niños y las niñas preadolescentes. El propósito aquí es aprender si las diferencias de género en las respuestas cardiovasculares a la cafeína emergen de forma eficaz durante la pubertad y si esas respuestas difieren durante las fases del ciclo menstrual.
«Hemos hallado una interacción entre el sexo y la dosis de cafeína, con los niños teniendo una mayor respuesta a la cafeína que las niñas, así como interacciones entre la etapa de la pubertad, el sexo y la dosis de cafeína, con diferencias de género presentes en la postpuberal, pero no en prepuberal», destaca Temple.
«Finalmente -detalla esta experta– encontramos diferencias en las respuestas a la cafeína en todo el ciclo menstrual en las niñas después de la pubertad, con una disminución de la frecuencia cardiaca que era mayor en la mitad de la fase lútea y un aumento de la presión arterial superior en el medio de la fase folicular del ciclo menstrual».