Redacción, 22-07-2014.- Las piscinas, la playa, los viajes por carretera, las altas temperaturas… Todos estos factores tan típicos del verano comportan una serie de riesgos para los niños que muchas veces no tomamos tan en cuenta como deberíamos. Para minimizarlos existen una serie de precauciones fundamentales.
Alimentación: Los niños sufren las consecuencias de las altas temperaturas aún más que los adultos pero una alimentación adecuada puede ayudar a minimizarlas. Para ello son muy importantes la rehidratación, ingesta de frutas y verduras propias de la temporada estival y tener precaución ante las comidas fuera de casa.
Playa y piscina: En estos entornos, los niños se exponen a diferentes riesgos, que pueden minimizarse si se evita la exposición al sol durante las horas centrales del día, utilizando cremas con factor de protección 50, si visten prendas de ropa frescas y utilizando sandalias antideslizantes.
Viajes: En los desplazamientos por carretera hay que tener muy en cuenta la calidad de la silla que utilizamos y la edad y peso del niño. Existen sillas 0 y 0+, para niños hasta 13 kg., sillas 1, para niños de dos a tres años, y sillas 2, para niños de tres años en adelante. A partir de 1,30 cm. de altura y 32 kg. de peso, puede utilizarse el cinturón de seguridad, siempre y cuando nos aseguremos de su correcta colocación, evitando hacerlo sobre el cuello, bajo el hombro o en el estómago.