Se tuvo en cuenta la primera cirugía de catarata de ojo, aunque la mayoría tiene una cirugía de segundo ojo poco después (exposición) y la visita al departamento de emergencia por un accidente de tráfico cuando cada participante iba como conductor (resultados). Fue un estudio observacional, por lo que los investigadores no intervinieron a los fines del estudio y no pueden controlar todas las diferencias naturales que podrían explicar los hallazgos del estudio.
La tasa de accidentes disminuyó de 2,36 a 2,14 por cada 1.000 pacientes por año después de la cirugía de cataratas, lo que representa una reducción del 9 por ciento en los accidentes de tráfico graves. Entre las limitaciones del estudio están que no fue un ensayo aleatorizado que evaluó los efectos de la cirugía de cataratas; los pacientes conocían su diagnóstico, eran conscientes de sus tratamientos y podían alterar sus conductas de conducción.