Redacción, 19-02-2015.- Tras un embarazo, las mujeres se plantean la necesidad de que todo vuelva al estado en el que estaba antes de la maternidad. Una de las partes del cuerpo en las que se centra esa lucha por volver a la normalidad es el abdomen. Acabar con esa tripita que se ha quedado es una preocupación frecuente, y en ocasiones, basta con esperar unos meses y con hacer algo de ejercicio para que vuelva a su sitio. Sin embargo, hay ocasiones en las que no esa curva no se resigna a dejarnos. En estos casos, informa Alejandra L. Souza en ‘Estar Bien’, es probable que se haya producido una diástasis o lo que es lo mismo, una separación de los rectos abdominales con rotura de la línea alba, que une los músculos anteriores del abdomen. Esto provoca un desplazamiento de los órganos internos que impide tener un vientre plano. La diástasis se produce durante la gestación, ya que al crecer el útero se produce una presión que fuerza esos músculos. El grado depende en gran parte del aumento de volumen que se haya experimentado y también de si se han realizado esfuerzos.
Así, en muchas ocasiones, las mujeres se lanzan al gimnasio para hacer abdominales e intentar reducir el volumen, pero sin éxito, ya que, consiguen un efecto contrario al deseado. «La mayoría creen que para recuperar el abdomen hay que hacer abdominales pero es un gran error porque el tejido está dañado y al flexionar el tronco se aumenta la presión en la zona central, por lo que la diástasis se abre cada vez más», señala Rafael Vicetto, fisioterapeuta en «StopDiastasis». Es probable, por tanto, que aquellas mujeres que siguen teniendo meses después del parto el vientre abultado y flácido tengan una diástasis, especialmente en aquellas que han sido madres ya con anterioridad. Pero no sólo es síntoma de diástasis el no tener un abdomen plano, tener dolor de espalda, debilidad en el suelo pélvico, ligeras pérdidas de orina o digestiones pesadas o lentas son signos también frecuentes. En ese caso lo fundamental es no hacer ejercicio abdominal bajo ningún concepto y realizar un trabajo específico para recuperar el abdomen.
El beneficio del tratamiento no es sólo, por tanto, a nivel estético. Según explica Vicetto, después de años de trabajo, se dieron cuenta de que ejercitando el suelo pélvico se mejoraba la incontinencia, los dolores lumbares e incluso trastornos digestivos. «Cuando hay diástasis se produce un desequilibrio entre la zona del abdomen y la zona lumbar, sino conseguimos cerrar la diástasis, la persona no mejora», apunta.
El tratamiento que proponen desde StopDiastasis consiste en una reeducación del músculo transverso del abdomen, que nos ayuda a proteger y a cerrar los rectos abdominales. «El abdomen es un músculo profundo que vamos a ejercitar en diferentes posturas. Utilizamos una faja elástica diseñada que aproxima los rectos del abdomen y cicatriza la línea central que se ha visto dañada», detalla el fisioterapeuta.
.
Cómo hacerlo
El programa plantea tres opciones. Por un lado, una vez a la semana se imparten cursos presenciales en Madrid. Para aquellos que no pueden desplazarse, existe la opción de realizarlos online con el envío de una guía y la faja elástica, si bien es recomendable acudir al primer seminario.
No son hipopresivos porque no se trabajan en apnea ni con la apertura de costillas. Según ‘Estar Bien’, son ejercicios específicos de activación del transverso en posturas especiales. De este modo, en la primera sesión se toman medidas y se enseñan los ejercicios. El proceso se repite a las tres semanas de tratamiento. De nuevo, en la tercera sesión se hace otra valoración y se enseñan variaciones más complejas de dichos ejercicios.
Los resultados se pueden ver en las tres primeras semanas, con una disminución del abdomen muy importante, a las 6 semanas sigue cambiando el tejido y a las 18 semanas se da por finalizado el tratamiento. La diástasis cierra en muchos de los casos y en otros no, dependiendo del daño del tejido. «La gente que realiza este tratamiento con nosotros tiene una diástasis casi quirúrgica y lo que planteamos es un tratamiento natural para recuperar el abdomen y no tener que pasar por cirugía», indica Vicetto al tiempo que apunta a que la recuperación consistiría en estar en una cama sin moverse porque los abdominales los utilizamos constantemente. Por ello, el programa enseña lo que se debe hacer para no dañar el abdomen y tener conciencia del mismo a la hora de hacer abdominales, ejercicios hiperpresivos, levantarse o tumbarse en la cama, la forma de coger el peso…
Pero para que estos ejercicios funcionen hay que implicarse en el tratamiento. Las tres primeras semanas se recomienda que junto a los ejercicios y la sujeción se caminen 50 minutos. Además, se recomienda caminar 50 minutos todos los días durante las tres primeras semanas. Los ejercicios deben hacerse tres veces al día, 10 minutos cada vez (30 minutos diarios) y conviene mantenerlos durante toda la vida, ya que son muy sencillos de hacer.
A la hora de comenzar el programa, en las mujeres donde el parto ha sido natural, los ejercicios pueden realizarse tras dos semanas. Sin embargo, cuando ha habido cesárea se debe esperar un mínimo de un mes y previo paso por una valoración del tejido y el estado del útero.
.