Redacción, 31-05-2021.- En este sentido la Dietista-Nutricionista de Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, Ainoa Romero afirma que la Dieta Mediterránea junto a la práctica diaria de ejercicio físico son dos ingredientes indispensables para gozar de una buena salud. Sin olvidar, consumir alimentos frescos y de temporada e ingerir una cantidad adecuada de agua.
La especialista incide en que “la Dieta Mediterránea mejora el perfil lipídico, el perfil antiaterogénico y el perfil antitrombótico, y aporta gran cantidad de fibra dietética, de micronutrientes y de antioxidantes”. Estas características, continúa, “le confieren un papel preventivo en las enfermedades cardiovasculares, en ciertos tipos de cáncer, y tiene un efecto beneficioso sobre la salud digestiva”.
El aceite de oliva, los vegetales, los cereales, los lácteos, el pescado, los huevos y las carnes magras son los ingredientes necesarios para una dieta completa
Ainhoa Romero explica que los beneficios de la Dieta Mediterránea se atribuyen a los valores del aceite de oliva, rico en grasas monoinsaturadas, reduce el colesterol total, LDL y HDL, disminuye la coagulabilidad sanguínea (factores de riesgo cardiovasculares) y aporta vitamina E, entre otras ventajas.
En cuanto a los alimentos de origen vegetal la nutricionista incide en que aseguran un aporte suficiente de vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes además de una gran cantidad de agua. Por su parte los productos lácteos, como el yogur y el queso, contienen microorganismos vivos capaces de mejorar el equilibrio de la flora intestinal. “Los cereales integrales, además de energía nos aportan gran cantidad de fibra”, añade, “los pescados azules son ricos en omega 3, disminuyen la tensión arterial y los niveles de triglicéridos; los huevos aportan proteínas de alta calidad y las carnes magras nos ofrecen proteínas y hierro”.
Por su parte la también Dietista- Nutricionista de Quirónsalud Sagrado Corazón, Inés Martín, indica que “tan importante como comer sano es comer seguro”. Insiste en que “es competencia de cada consumidor ser responsable de que: adquisición, almacenaje, manipulación y cocinado de los alimentos, sean apropiados para garantizar una ‘alimentación segura’.