Redacción, 11-07-2014.- La comida no sólo nutre el cuerpo sino que también afecta a su reloj biológico interno, que regula el ritmo cotidiano de muchos aspectos de la conducta humana y la biología. Un equipo de investigadores proporcionan en ‘Cell Reports’ nuevos conocimientos sobre cómo ajustar el reloj a través de la manipulación de la dieta puede ayudar a pacientes con diversas condiciones y que la insulina puede estar involucrada en el restablecimiento del reloj.
El reloj biológico o ‘circadiano’ interno juega un papel importante en las horas de sueño, los tiempos de estado de alerta y el momento de ciertos procesos fisiológicos. El reloj permite la máxima expresión de genes en el momento adecuado del día, lo que permite a los organismos adaptarse a la rotación de la tierra.
«La desincronización crónica entre los ritmos fisiológicos y ambientales no sólo disminuye el rendimiento fisiológico sino que también conlleva un riesgo significativo de diversos trastornos, como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos del sueño y el cáncer», dice el doctor Makoto Akashi, de la Universidad de Yamaguchi, en Japón.