Redacción, 10-10-2020.- La lactosa es el principal azúcar de la leche. En la intolerancia a la lactosa existe un déficit de un enzima llamado lactasa que se encarga de desdoblar a la lactosa en esos dos azúcares para poder ser absorbida. Si la lactosa no se absorbe, queda en la luz intestinal sufriendo la fermentación por la flora bacteriana con la consecuente aparición de los síntomas típicos: dolor abdominal, hinchazón, gases y diarrea, entre otros.
Tal y como recoge Quirónsalud, «en los últimos años nos estamos encontrando personas sanas que optan por consumir productos sin lactosa debido a la falsa creencia de que son más digestivos y saludables. Nada más lejos de la realidad. En estas personas, repito sanas, los productos sin lactosa no les van a proporcionar ningún beneficio extra a su salud y sin embargo, sí consecuencias negativas. La producción de lactasa en el intestino es dependiente y adaptada al consumo mantenido de lactosa. Si se elimina totalmente la lactosa de la dieta durante un periodo prolongado de tiempo nuestro intestino, a falta de estímulo entiende que no hay nada que digerir y deja de producir lactasa», explica la Dra. Elena Sierra Maestro, alergóloga del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
«Consecuencia: una persona que toleraba perfectamente la lactosa y era tolerante se vuelve intolerante. En niños es frecuente que se trate de una intolerancia transitoria; desde el momento en que se vuelve a introducir la lactosa, el intestino vuelve a sintetizar el enzima y en un tiempo variable vuelven a ser tolerantes».
«Las modas de dietas free o libres de algún alimento realizadas sin ninguna clase de control no evitan enfermedades y en ocasiones pueden causar más perjuicios que beneficios cuando no se sustentan en ningún criterio clínico»
Además, eliminar la lactosa en personas sanas, y muy en particular en niños, es perjudicial debido a que este disacárido juega un papel fundamental en la absorción del calcio a nivel intestinal. «La eliminación de la lactosa en niños sanos sin ningún criterio médico puede afectar a la fijación del calcio en sus huesos y a un déficit en el crecimiento», detalla la Dra. Sierra.