Redacción, 14-06-2018.-La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es el cuadro clínico digestivo más frecuente en la población mayor de 65 años, y llega a afectar a más del 20% a partir de los 70. Es una de las conclusiones que se extrae de la monografía ‘Trastornos de la motilidad del tubo digestivo, desde el principio hasta el fin’, realizada por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), con la colaboración de Laboratorios Norgine, y que se presenta estos días en su 60 Congreso Nacional en Las Palmas de Gran Canaria.
Según recoge ‘Comsalud’, la disfagia esofágica y la enfermedad por reflujo gastroesofágico y sus consecuencias son problemas frecuentes en el anciano. “Determinados cambios que ocurren con el envejecimiento hacen a las personas mayores más vulnerables a estos problemas”, afirma el doctor Carlos Verdejo, coordinador de la guía y vicepresidente de la SEGG. De hecho, a partir de los 40, se pueden observar cambios en la peristalsis y un deterioro progresivo de la contractilidad y de la función esfinteriana, así como cambios modestos en la presión esofágica y el retraso del vaciado gástrico.
La ERGE tiene un impacto directo en la calidad de vida, sobre todo en las personas mayores, pues tienen más posibilidades de sufrir otras enfermedades o están siguiendo algún tratamiento farmacológico, muchas veces de forma indefinida. “Así, la llamada incompetencia del esfínter esofágico inferior es más frecuente en mayores de 65 años, posiblemente influida por la ingesta de medicación propia de esa edad, como antihipertensivos, vasodilatadores, broncodilatadores o antidepresivos”, afirma el doctor Verdejo.
Por otro lado, existe también una disminución de la capacidad del esófago para eliminar el material refluido del estómago, debido a los trastornos de la motilidad esofágica y al descenso en la producción de saliva y de bicarbonato habituales en mayores. El tratamiento farmacológico de elección son los Inhibidores de la Bomba de Protones (IBP).