Redacción, 25-04-2021.- La pandemia va a dificultar el acceso a los tratamientos de inmunoglubilinas, el indicado para la mayoría de las inmunodeficiencias primarias (IDPs), debido a la escasez mundial de plasma, lo que repercute en su vulnerabilidad frente a infecciones como la COVID-19.
Así lo advierte la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) con motivo de la Semana Mundial de las IDP que se inicia este jueves y que este año busca concienciar, entre otros, sobre la importancia de asegurar la disponibilidad de plasma para producir terapias que salvan la vida de muchas personas.
Desde SEICAP se recuerda que los niños con IDP y sus familias han tenido que realizar un esfuerzo mayor durante la pandemia con un aislamiento y un cumplimiento de las normas estrictos debido al mayor riesgo de infecciones que tienen por su enfermedad.
En general la pandemia no ha afectado de manera directa a los niños con IDP pero si de forma indirecta, debido a los problemas de abastecimiento de inmunoglobulinas (derivados del plasma) a nivel mundial; las cuáles constituyen el tratamiento principal de la mayoría de las IDP. “Las gammaglobulinas se utilizan para administrarles los anticuerpos (defensas) que ellos no pueden producir para hacer frente a las infecciones, por lo que la dificultad de acceso a las mismas hace que queden gravemente expuestos a padecer infecciones severas por cualquier microoganismos”, comenta la doctora Pilar Llobet, coordinador del Grupo de Trabajo de Inmunología de la SEICAP.
Las inmunodeficiencias primarias (IDP) son un grupo de más de 400 enfermedades genéticas caracterizadas por la alteración en el sistema inmunitario de aquellas personas que las padecen.
Tal y como recoge SEICAP, se consideran enfermedades raras porque se estima que afectan a 1 de cada 1200 recién nacidos. “Las IDP se suelen diagnosticar en la infancia y presentan mayor susceptibilidad a infecciones que los niños sanos y una predisposición a desarrollar patología alergia, autoinmunidad, inflamación y cáncer, además de un mayor impacto en su calidad de vida”, sostiene la doctora Llobet.
Por todo ello, los pacientes con IDP han sido considerados como grupo de riesgo frente a la COVID-19.