Redacción, 08-12-2020.- La hipertensión arterial pulmonar es una enfermedad poco común. Según un estudio del Registro Nacional Francés del año 2002, se estima que hay unos 2,4 casos por millón de habitantes, y es más frecuente en mujeres que en hombres en relación de 4 a 1. Es muy importante contar con un diagnóstico precoz. Además, se debe de tener un continuo control médico sobre las personas que tienen hipertensión arterial pulmonar para poder llevar un tratamiento continuo.
Tal y como recoge Tododisca, Tomas Pulido, jefe del Departamento de Cardioneumología del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez en Ciudad de México, explica que “la hipertensión arterial pulmonar (HAP) es un tipo de hipertensión pulmonar del grupo 1. Es una enfermedad grave, progresiva y discapacitante, que se caracteriza por el aumento de la presión en las arterias pulmonares y que vuelve difícil la actividad que para los seres humanos siempre ha sido sencilla y natural: respirar”.
Importancia del diagnóstico precoz
Uno de los problemas a los que se enfrenta esta enfermedad es que se tarda mucho tiempo en poder detectarla. La demora en el diagnóstico puede llegar hasta 4 años. Esto provoca que los pacientes inicien el tratamiento cuando la enfermedad está bastante más avanzada y con menor control.
La especialista en cardiología, Patricia Avellana, resalta que “existen más de 7.000 enfermedades huérfanas, es prácticamente imposible que un médico pueda reconocer todas estas patologías. Dentro de este panorama complejo, es clave dar visibilidad a los médicos sobre la HAP para que sepan referir a los pacientes a los centros especializados”. Además, añade que «incrementar la red de referencias sería uno de los primeros pasos para lograr que los pacientes inicien sus tratamientos de forma oportuna».
Un aumento de la información sobre la enfermedad en la población provocaría que se tuviera más en cuenta dicha enfermedad. Porque la HAP es una enfermedad grave que todavía no tiene cura.
Debido a la situación provocada por el Covid-19 se han pausado un gran número de enfermedades, como si no existieran. Pero esto no es así, porque juega con la vida de números pacientes que necesitan un tratamiento.
Si se trata de manera temprana, la HAP puede controlarse y provoca que los pacientes tengan un estilo de vida normal. Pero si no se logra esto, un paciente sin tratamiento tiene una esperanza de vida de 2.8 años con dicha enfermedad.