Redacción, 31-07-2020.- El uso de mascarillas es indispensable para poder hacer frente a la crisis sanitaria provocada por el COVID-19. Sin embargo, el uso de estos protectores no puede agravar un problema que afecta a los entornos naturales a escala global: el abandono indiscriminado de residuos, en su mayor parte de origen plástico, un fenómeno conocido, en su acepción inglesa, como littering y que el Gobierno de España ya incluye como uno de los indicadores para evaluar la calidad ambiental del país.
Una mascarilla higiénica común, abandonada en un entorno natural, puede tardar en degradarse entre 300 y 400 años.
Tal y como recoge el Gobierno de España, para promover, por un lado, el uso de mascarillas en las salidas al campo, al bosque o a la playa; y, por otro, para alertar sobre el impacto de su abandono u olvido en entornos naturales, los Ministerios para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y de Consumo unen fuerzas en la campaña de concienciación ciudadana “Recuerdos inolvidables. La mascarilla es para ti, no para la naturaleza”.
“El abandono de basuras es un problema ambiental de primer orden sobre el que la ciudadanía está ampliamente concienciada. De hecho, gracias a sus demandas, la Unión Europea, con el apoyo de España, ha aprobado en tiempo récord una normativa que limita los plásticos de un solo uso y que España ha incorporado al anteproyecto de Ley de Residuos, actualmente en tramitación”, ha señalado Ribera.
El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha hecho un llamamiento a la “responsabilidad individual de los ciudadanos, clave en las tres fases de la mascarilla: compra, uso y deshecho”. En la primera de ellas ha apelado al “consumo responsable” –una de las banderas de su ministerio– y ha recordado que, frente a las mascarillas higiénicas y quirúrgicas de un solo uso, el Gobierno recomienda adquirir cuando sea posible las reutilizables, que permiten reducir la cantidad de residuos generados.