Redacción,- 01-03-2020.- Hoy, 1 de marzo, se celebra el Día Mundial de la Musicoterapia, una estrategia de neurorrehabilitación que utiliza la música y los recursos musicales con fines terapéuticos. A día de hoy se puede afirmar que es una terapia que ha cosechado resultados positivos en la mejoría del rendimiento motor, el lenguaje, la cognición y el estado de ánimo de los pacientes neurológicos.
“En los últimos 20 años se han realizado numerosos estudios para evaluar los efectos potenciales de la musicoterapia en la neurorrehabilitación de diferentes enfermedades neurológicas y se han encontrado resultados positivos en ictus y demencias, pero también en el abordaje de la enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple, epilepsia, o trastornos del nivel de consciencia, entre otros”, señala el Dr. Moisés León Ruiz, miembro de la Sociedad Española de Neurología (SEN). “Y aunque todavía no se conocen por completo los procesos neuroestructurales desencadenados y/o potenciados por la musicoterapia, parece que su utilización mejora la activación neuronal, la neurorregulación, el aprendizaje y la neuroplasticidad”.
Estudios realizados en pacientes que han sufrido un ictus, parecen indicar que la musicoterapia mejora la recuperación cognitiva y previene la depresión y que además puede ser significativamente beneficiosa para mejorar la marcha, la motricidad y la función ejecutiva en algunos pacientes.
También se han realizado numerosos estudios sobre la aplicación de la musicoterapia en pacientes con demencias, especialmente se han estudiado casos de pacientes con enfermedad de Alzheimer y con demencia vascular. Los estudios parecen mostrar que cantar y/o escuchar música junto con estimulación cognitiva y/o ejercicio físico, mejoran el rendimiento cognitivo general y las actividades de la vida diaria. Además, la musicoterapia también parece ser efectiva para mejorar los síntomas neuropsiquiátricos (depresión, ansiedad y agitación psicomotriz) que suelen padecer estas personas.
En la enfermedad de Parkinson, se han llevado a cabo diversos estudios que apuntan a que actividades como cantar y bailar pueden tener efectos positivos en la mejoría del rendimiento motor, marcha, equilibrio, movilidad global, calidad de vida y cognición. E igualmente, en pacientes con esclerosis múltiple (incluso aquellos pacientes con las formas progresivas), la musicoterapia podría ayudar a mejorar el uso funcional manual, el equilibrio, la marcha, la fatiga y la calidad de vida.