Redacción, 30-03-18. La obesidad es la enfermedad del siglo XXI, todo un problema de salud pública cuya prevalencia es cada vez mayor y que influye de forma directa sobre la calidad de vida de quien la padece, repercutiendo negativamente en su salud. En el caso de la mujer, una de las repercusiones más directas es sobre su capacidad reproductiva y sobre los riesgos adicionales que asume durante la gestación y para sus hijos, según recoge la ‘Fundación Jiménez Díaz’.
“A la hora de concebir, las mujeres obesas tienen mayores dificultades, una vez logrado el embarazo exigen ‘mayor control’, en el momento del parto su situación ‘dificulta el procedimiento’ y sus hijos están expuestos a un riesgo superior en términos metabólicos, entre otros ámbitos”, explican Manuel Albi, jefe del Departamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, y Rodrigo Orozco, especialista del citado centro, ambos responsables de la organización del I Curso sobre Obesidad y Mujer, recientemente celebrado en este centro madrileño.
Un escenario que requiere un esfuerzo de formación para “poder ofrecer el mejor asesoramiento”, cambiar protocolos y forma de trabajar y aunar esfuerzos en pro de un “abordaje multidisciplinar que permita revertir esta situación para lograr un correcto control metabólico de la enfermedad, expresa Albi.
En el alcance de esta meta, continúa Orozco, “el mejor conocimiento del desarrollo embrionario y fetal, de la microbiota intestinal y de la epigenética ayudarán a ofrecer las mejores alternativas terapéuticas”, en paralelo a la implantación de unidades multidisciplinares para el abordaje conjunto de la obesidad.