Redacción, 01-12-2017.- Bajo el lema “Mejorar la salud de los niños, protegiendo el planeta”, la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha constituido su nuevo Comité de Salud Medioambiental, cuya labor fundamental consistirá en “dotar especialmente a los pediatras, pero también a profesionales sanitarios y personal relacionado con el cuidado y crianza de los pequeños y adolescentes de las herramientas necesarias para crear ambientes saludables para los niños”, explica la doctora María José Mellado, presidente de la AEP.
Y es que frente a los problemas del medioambiente, la infancia es de nuevo la población más vulnerable. El progreso y la industrialización han traído consigo un cambio de paradigma en el ámbito de la salud, ya que las enfermedades carenciales e infecto-contagiosas han ido perdiendo relevancia hasta ser sustituidas por patologías directamente relacionadas con el entorno que habitamos; un entorno cada vez más contaminado y nocivo.
Se estima que más de dos tercios de la población infantil tienen su salud y su vida amenazadas por riesgos medioambientales presentes en sus hogares y en los entornos donde crecen, aprenden, juegan y, en áreas menos favorecidas, donde trabajan.
En todo el mundo más de cinco millones de niños de entre cero y 14 años, la mayoría en países en vías de desarrollo, mueren cada año por enfermedades directamente relacionadas por el entorno en el que viven. Los países occidentales tampoco están a salvo de estas consecuencias negativas.
En este sentido, las cifras no dejan lugar a dudas, y es que como señala el doctor Juan Antonio Ortega, coordinador del Comité de Salud Medioambiental de la AEP, “el asma y las patologías respiratorias han duplicado su prevalencia desde 1980 y el 10% de los niños padecen asma; los trastornos del espectro autista, el déficit de atención y la hiperactividad afectan ya a uno de cada 80 recién nacidos vivos; el cáncer infantil y adolescente incrementa su incidencia entre el 1% y el 1,5% anualmente y otras enfermedades endocrinológicas como alteraciones tiroideas, diabetes o anomalías en la pubertad y el desarrollo también siguen una pauta ascendente. Eso por no hablar de la globesidad, cuya prevalencia en la población infantil es alarmante desde hace algunos años llegando en algunas comunidades autónomas al 33% de los niños en edad escolar”.
Todas estas enfermedades han sido señaladas por las autoridades sanitarias como trastornos relacionados con el medioambiente, tal y como recoge la Oficina Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Plan de Acción para el Medio Ambiente y la Salud de los Niños en Europa (CEHAPE, sus siglas en inglés). Y lo que es más importante, “la mayoría de estas enfermedades son evitables procurando a nuestros niños entornos más saludables”, subraya la doctora Mellado haciendo alusión al impulso que quiere dar la AEP a la prevención y la promoción de la salud extendida hasta la población adolescente, cuando finaliza el crecimiento y desarrollo fisiológico. “La creación de este Comité de trabajo, integrado por pediatras especialistas en salud medioambiental, responde a esa necesidad de establecer actuaciones basadas en la evidencia científica que procure una mejor salud infantil y, en general, mejor salud de la población”, añade.
Por su parte, el coordinador del Comité de salud medioambiental recuerda que “salud, enfermedad y medioambiente son un trinomio indisoluble. Las medidas que favorecen la salud, son buenas también para proteger el planeta; y al revés”.