Redacción, 20-04-2019.-El dolor que se localiza en la zona baja de la espalda, entre el límite inferior de las costillas y la zona glútea, o lo que es lo mismo, la lumbalgia o el lumbago, es una lesión muy frecuente en Semana Santa. De hecho, se estima que el 85% de la población va a sufrir al menos un episodio a lo largo de su vida.
Tal y como recoge La Razón, desde la Sociedad Española de Reumatología (SER) con la campaña de «Ponle nombre al reuma», han querido proporcionar algunos consejos para aquellos que se vean afectados por esta lesión:
- Mantenerse en un peso corporal adecuado para evitar posibles sobrecargas.
- El ejercicio para reforzar la musculatura tanto lumbar como abdominal va a ser de gran ayuda. Destacan actividades como el pilates, tai chi, yoga o aguagym.
- Los colchones tienen mucho que ver. Aquellos de consistencia firme (no pétrea) proporcionan mayor soporte. Esto supone una disminución del dolor bastante importante.
- Se aconseja no utilizar tacones altos y, en ocasiones asistir a un estudio podológico para que te puedan diseñar unas plantillas adaptadas a las alteraciones que pueden presentar los pies.
- Asistir a un fisioterapeuta para calmarnos el dolor en primer lugar, y dos, ayudarnos a identificar malos hábitos para corregirlos como: apoyar la espalda completamente en los respaldos de asientos. Coger objetos «en alto» con escalera. No levantar objetos pesados. Para recoger cosas del suelo acérquese doblando las rodillas…
- En caso de padecer una crisis aguda es recomendable consultar un médico para que determine si procede iniciar un tratamiento con medicamento en primer lugar, y luego: evitar el reposo en cama. Cambiar de postura cada cierto tiempo. Aplicar calor suave y realizar masajes.
- El tabaco provoca dolor. Se recomienda no fumar ya que aumenta el riesgo de osteoporosis y el nivel de los «neurotransmisores» del dolor, en la sangre y sobre todo, dejar a un lado las situaciones que originen estrés o ansiedad es también de gran importancia.
- Se deberá llevar a cabo sesiones de psicoterapia y/o terapia cognitivo conductual, especialmente cuando el dolor sea de larga duración y conlleve algún grado de discapacidad.