Redacción, 24-06-2014.- Un nuevo estudio presentado en la reunión de la Sociedad Internacional de Endocrinología y la Sociedad Endocrinóloga celebrada en Chicago (EEUU), demuestra que la temperatura ambiente puede afectar al aumento o la pérdida de la grasa marrón o ‘grasa buena’ en las personas. Según las conclusiones, publicadas en la edición digital de ‘Diabetes’, ambientes frescos estimulan su crecimiento, mientras los entornos cálidos promueven su pérdida.
La grasa parda, conocida también como el tejido adiposo marrón, es un tipo especial de grasa que quema energía para generar calor, de forma que mantiene calientes a los animales pequeños y los bebés, además de que los animales con abundante grasa parda están protegidos contra la diabetes y la obesidad. No obstante, está poco claro cómo se regula la grasa marrón en las personas y cómo se relaciona con el metabolismo.
El endocrinólogo Paul Lee, del Instituto de Investigación Médica de Garvan, en Sydney, Australia, emprendió recientemente el estudio ‘Impacto de la Exposición Crónica al Frío en Humanos’ (ICEMAN, en sus siglas en inglés) en los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), en Washington. Los resultados muestran claramente la «plasticidad» de la grasa marrón en los seres humanos.
Estudios anteriores de Lee han demostrado que personas con abundante grasa parda almacenada tienden a estar delgadas y poseer niveles bajos de azúcar en la sangre. Sus estudios en el laboratorio también han revelado que las células de grasa blanca en humanos pueden transformarse en células de grasa marrones.