Las empresas de distribución farmacéutica realizan una función sanitaria esencial, ya que garantizan que cualquiera de los medicamentos comercializados (rentable o no) esté a disposición de cualquier farmacia. Esta importante labor tiene numerosos condicionantes, tales como las medidas para controlar el gasto público en medicamentos, que están haciendo dudar de la viabilidad del modelo de negocio y las prestaciones del sistema de distribución y pone en peligro la obligación de que todas las farmacias garanticen la disponibilidad de cualquier medicamento.
En menos de diez años, la distribución farmacéutica ha visto cómo su margen legal ha ido reduciéndose del 12,9 por ciento de 1998 al 7,6 por ciento de 2006: más de un 40 por ciento. Además, en el año 2000, se estableció un margen máximo para los productos caros.
El precio de los medicamentos tiende a la baja debido a la implantación del sistema de precios de referencia. Esto supone rebajas sistemáticas y generalizadas de aquellos medicamentos cuya protección de patente ha vencido.
En los últimos tres años, hasta en cuatro ocasiones el Gobierno ha adoptado severas medidas de control del gasto que han tenido como consecuencia una pérdida de ingresos en la distribución. El RDL 4/2010, el RDL 8/2010, el RDL 9/2011 y el RDL 16/2012 han tenido un impacto en el sector durante el año 2012 de 1.300 millones de euros. Los ingresos de la distribución han caído un uno por ciento en el año 2010, un cinco por ciento en el 2011, un siete por ciento en el 2012.
Las empresas vinculadas a FEDIFAR, algunas de ellas de más de cien años, mantienen una cuota de mercado por encima del 97 por ciento, a pesar de sufrir circunstancias adversas.
Las aproximadamente 21.000 farmacias que forman la red española deben estar adecuadamente abastecidas, de tal forma que cualquier ciudadano, allá donde resida, tenga la posibilidad de acceder a su tratamiento.
De las 12.000 presentaciones, algunas de ellas son de precio elevado y consumo frecuente y por tanto, desde un punto de vista estrictamente económico, interesantes de distribuir. Otras muchas son de precio muy bajo y de escasa o casi nula rotación y, por tanto, deficitarias para quien los distribuya. Sin embargo, desde un punto de vista sanitario, las 12.000 presentaciones tienen que estar disponibles para cuando el paciente los necesite.