Redacción, 03-10-2019.-Tras las vacaciones llega el momento de volver a la rutina y al trabajo. Para las personas con diabetes es importante adoptar unos horarios regulares, ya que esto permitirá una mejor gestión de la enfermedad y facilitará el control de las pautas de medicación. Mantener unos horarios de trabajo fijos, incluyendo las pausas necesarias para controlar los niveles de glucosa en sangre o administrar la dosis de insulina correspondiente, permite planificar todos los aspectos que pueden influir en la diabetes.
Tal y como recoge Roche, la jornada laboral de la mayoría de los trabajadores se desarrolla durante el día y los horarios no suelen variar. Si bien es cierto que algunos puestos requieren una mayor flexibilidad o turnicidad, lo que implica que la rutina cambie y se debe favorecer una rápida adaptación.
Para las personas con diabetes todos los cambios de horarios, especialmente si se realizan en turno nocturno, aumentan el riesgo de incremento de peso corporal y, se relacionan con una peor gestión de la enfermedad. Este tipo de situaciones no tienen por qué suponer una limitación para quien padezca esta enfermedad, aunque es importante tomar conciencia y realizar más controles de los habituales, planificar las pausas para las comidas con antelación y llevar un estilo de vida saludable.
La diabetes necesita una serie de actuaciones diarias, como el control de los niveles de glucosa en sangre, la inyección de insulina o de fármacos orales y la gestión de los alimentos que tomamos en cada comida. Por lo tanto, en primer lugar, se debe analizar el tipo de trabajo y establecer una estrategia de actuación para determinar, por ejemplo, cuándo se realizarán los controles de los niveles de glucosa, a qué hora se harán las comidas o si se debe hacer alguna pausa para administrar la medicación.
Entre las principales dificultades a las que puede verse expuesta una persona con diabetes están las hiperglucemias extremas y las hipoglucemias. Las hipoglucemias pueden suponer dificultades de concentración y pérdida de habilidades, incluso la pérdida de conocimiento en casos extremos en personas con diabetes tratadas con insulina.