Redacción, 28-05-2020.- Desde el pasado lunes 25 de mayo ningún territorio de España se encuentra en la fase 0 de la desescalada, nuestro país se divide entre los que han comenzado la apertura de la fase 1 y los que ya han inaugurado la segunda viendo cada vez más cerca esa nueva normalidad.
Tal y como recoge Ipsos, desde el inicio del confinamiento la empresa ha monitorizado los estados emocionales por los que la población española ha ido pasando durante estos últimos meses. Estas etapas son el resultado de un análisis de Ipsos China, epicentro de la crisis y los primeros en pasar por las diferentes fases.
Las fases emocionales identificadas son siete: incredulidad, preparación, ajuste, aclimatación, resistencia, alivio y temor.
En España, ante la progresiva apertura de comercios y la vuelta a una tímida vida social llena de nuevos protocolos como el uso obligatorio de mascarillas en lugares públicos, los españoles mostramos una clara sensación de temor (42%), aunque todavía un 28% se mantiene en el alivio propio de la fase anterior.
Esta división se explica a través de los cuatro polos frente a esta situación basados en el modelo teórico de las emociones de CENSYDIAM, modelo de Ipsos, en los que se condensan las diferentes corrientes de opinión de la población en estas circunstancias.
En cuanto al ritmo de la desescalada existen dos posiciones : los que creen que debería hacerse de un forma muy paulatina y controlada (79%), y los que reclaman que debe emprenderse con un ritmo más rápido y confiando en la responsabilidad individual de cada uno (21%).
Otra de la divisiones la encontramos entre aquellos que creen que primero se debería afianzar la seguridad sanitaria de la población aunque la reactivación económica tenga que esperar (65%), y los que piensan que es preferible correr algunos riesgos pero que la economía empiece a moverse cuanto antes (35%).