Redacción, 18-11-2014.- Los pacientes pediátricos con enfermedad inflamatoria intestinal (EII, que engloba la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn) sufren mayores tasas de ansiedad y depresión que aquellos con otras enfermedades crónicas. De hecho, entre un 25 y un 40% de los menores que sufren esta patología las padecen, debido a las propias características de la enfermedad, como son su carácter impredecible y por los síntomas digestivos que pueden interferir con su vida diaria, según ha dado a conocer el doctor Javier Martín de Carpi, de la Unidad para el Cuidado Integral de la EII Pediátrica del Hospital Sant Joan de Déu, Barcelona.
La doctora Anne Griffits, jefa del Servicio de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica y directora del Programa de EII del Hospital Sick Kids, de Toronto, Canadá, explica que la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn pueden presentarse tanto en en niños como en adultos, sin embargo, en comparación con los adultos, la enfermedad pediátrica suele ser más extensa y más grave.
“La naturaleza de la enfermedad de Crohn varía con la edad. Así, en los menores de 8 años, la enfermedad afecta fundamentalmente al colon”, apunta la experta. Además, agrega que “cuando la enfermedad de Crohn se desarrolla antes de que un adolescente alcance la pubertad, con el estirón de talla que conlleva, puede interferir con la progresión normal del crecimiento. Otra diferencia es que, al ser una enfermedad crónica, los niños tendrán la enfermedad durante más tiempo y, durante el mismo habrá más posibilidades de que se presenten complicaciones de la enfermedad o secundarias a los tratamientos”.