ABC, 04-05-2016.- La rosácea es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que afecta a cerca de un 10 por ciento de la población de nuestro país, muy especialmente a las personas con piel clara.
El síntoma principal es el enrojecimiento intenso de la parte central de la cara y sus consecuencias suelen ser meramente estéticas y emocionales. Sin embargo, también conlleva la sobreexpresión de algunas proteínas –caso de las metaloproteinasas de matriz, esto es, enzimas que metabolizan proteínas y cuya actividad requiere de la unión de átomos de metales como el zinc– implicadas en el desarrollo de distintas enfermedades neurodegenerativas. De hecho, y como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y que publica en la sección de salud el periódico ABC, la rosácea se asocia a un mayor riesgo de demencia, sobre todo de Alzheimer.
Alexander Egeberg, director de esta investigación publicada en la revista «Annals of Neurology», explica que «existe un subtipo de pacientes con rosácea que padece síntomas neurológicos prominentes tales como el ardor, el dolor cutáneo punzante, las migrañas y distintos síntomas neuropsiquiátricos, lo que sugiere una relación entre la rosácea y las enfermedades neurológicas. De hecho, cada vez hay más evidencias que apuntan a que la rosácea podría estar asociada relacionada con trastornos neurológicos como la enfermedad de Parkinson. Y según nuestro estudio, también con el alzhéimer».
Sin embargo hablamos sólo de riesgo, «tener rosácea no implica necesariamente que el paciente vaya a desarrollar demencia», concluye el investigador.