Redacción, 13-03-2021.- La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) recomienda el uso de mascarillas homologadas FFP2 para los niños alérgicos al polen, ya que filtran las partículas suspendidas en el aire de manera más eficaz que las quirúrgicas.
Asimismo, advierte de que las lluvias, las temperaturas frías y las nevadas del invierno van a propiciar un mayor crecimiento de la plantas, lo que deparará en una mayor producción de polen. Por todo ello, se recomienda tomar las precauciones necesarias de cara a la llegada de la primavera y sobre todo, saber distinguir los síntomas de rinitis alérgica en niños para diferenciarlos de la COVID-19.
La pandemia de COVID-19 ha generalizado el uso de mascarillas higiénicas y quirúrgicas pero no tanto las FFP2, sobre todo en niños. “Las FFP2 son más eficaces porque filtran hasta el 95% de partículas y además se ajustan más a la cara. A diferencia de años previos, este año se debe evitar el uso de mascarillas dotadas de válvula espiratoria, pues aunque aportan comodidad al paciente, son una ventana para la diseminación de virus. Aunque las quirúrgicas también filtran partículas, quedan menos ajustadas y dejan más huecos por los que podría pasar el polen”, indica el doctor Javier Torres, miembro del Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria y Asma de SEICAP.
Las mascarillas quirúrgicas están hechas para proteger a los demás (hacia fuera) de los productos exhalados, mientras que las FFP protegen también al que la lleva puesta (hacia dentro) de las partículas suspendidas en el aire.
La polinización durante la próxima primavera se prevé más intensa que la anterior, según los expertos. En los días de viento, secos y soleados aumenta el polen ambiental, a lo que contribuye la mayor contaminación del aire, cuyas partículas aglutinan polen en suspensión. Por el contrario, la concentración polínica disminuye durante los días húmedos o de lluvia. “Este año hemos tenido días en invierno muy fríos, con heladas y nevadas, lo que propicia que las plantas tengan raíces más profundas, crezcan más vigorosas y tengan mayor capacidad para adquirir nutrientes, lo que repercute en una mayor producción de polen. Por otro lado, hay que añadir los problemas derivados de la contaminación que también influyen en la polinización de las plantas”, afirma el doctor Torres.