Si mencionamos la palabra germofobia, alguien podría pensar que estamos hablando de una persona que no tiene excesivas simpatías por los alemanes, pero no, la germofobia es el miedo a los gérmenes, a las materias biológicas, a los olores corporales y a la suciedad visible. Todos conocemos a alguien así: obsesionado con la limpieza y que todo lo soluciona con antibióticos.
Ata Pouramini es orientador de salud y uno de los quiroprácticos más reconocidos y tiene en Valencia una de las consultas más importantes del mundo. Estudió en una Universidad de Oxford y es Licenciado en Ciencias Humanas, Master en Ciencias Quiroprácticas, Doctor en Quiropráctica y miembro de la Asociación Española de Quiropráctica.
“Siempre nos hemos centrado en que los microbios hacen cosas malas y resulta que nos ayudan la mayor parte del tiempo en lugar de matarnos. Por ejemplo, sabemos que cuando un niño nace, al salir por el conducto vaginal queda colonizado por los microbios del madre que más tarde ayudarán en el desarrollo del sistema inmune”, destaca el doctor Pouramini. Además, los microbios “ayudan a combatir patógenos, también a nuestro metabolismo, determinan nuestra velocidad metabólica y posiblemente determinen nuestro olor y hasta parte de nuestra conducta social”.
Según Jonathan Eisen, un reputado micrólogo, hay miles y miles de microbios de diferentes clases en nosotros, y en los últimos 15 años se ha descubierto que son responsables del estado de nuestra salud.
Los antibióticos
Para Ata Pouramini, el uso de antibióticos resulta en muchas ocasiones contraproducente ya que aunque “matar patógenos es algo bueno si estás enfermo, también tenemos que ser conscientes de que cuando inyectamos químicos y antibióticos también estamos matando la nube de microbios que viven dentro de nosotros”.
En el lado contrario están los alimentos probióticos que tienen microorganismos vivos adicionados que permanecen activos en el intestino y ejercen importantes efectos fisiológicos. Aunque este tipo de alimentos son una solución de demasiado simple porque sólo tienen pocas especies de microbios y la comunidad humana consta de miles y miles de especies diferentes.
Para terminar el doctor Pouramini asegura que “deberíamos ver nuestros microbios como un órgano operativo que es parte de nosotros mismos, y deberíamos tratarlo con delicadeza y respeto y no maltratarlo haciendo césareas innecesarias, cayendo en la limpieza excesiva y en el abuso de antibióticos o lavando con antisépticos”.