Redacción, 04-08-2018.-En verano queremos hacer todo lo que nos queda pendiente el resto del año. Nuestro ritmo de vida no solo se mantiene activo, sino que se intensifica y, sumado al calor natural de la época, nos cansamos más. En estos momentos, es importante conocer los dos aliados que pueden ayudar a que ni el cansancio ni el calor nos impidan seguir con nuestra rutina: el magnesio y el potasio. El primero actúa en la vitalidad y, el segundo, en los minerales que perdemos durante la práctica del deporte y la sudoración, según recoge ‘Eldelman’.
Con la edad, especialmente entre los 50 y los 70 años, nuestros músculos se fatigan más rápido que los músculos jóvenes. Aquí entra en juego el magnesio, un mineral que contribuye al mantenimiento de la musculatura y la vitalidad y a la reducción del cansancio y la fatiga.
A pesar de que en la dieta mediterránea existen multitud de alimentos que contienen magnesio, es importante incluirlos en nuestra alimentación diaria, además de saber cómo ingerirlos, puesto que cuando se cocinan o refinan, la concentración de magnesio puede verse disminuida.
Los principales alimentos que aportan magnesio son:
- Vegetales frescos, especialmente aquellas verduras con hoja verde, como las espinacas, las acelgas y los canónigos.
- Cereales integrales y de grano completo, ya que los procesos de refinamiento disminuyen su contenido al encontrarse en las partes que se eliminan como el salvado o el germen.
- Frutos secos y semillas, incluyendo nueces, almendras, avellanas, piñones o semillas de calabaza.
- Leche, carne y huevos.
Asimismo, es interesante conocer los beneficios del potasio, ya que es vital para el movimiento, los ejercicios musculares y cualquier actividad física. A su vez, durante el ejercicio y con la sudoración propia de la actividad sumada al calor, podemos disminuir nuestros niveles de este mineral y, por lo tanto, se hace esencial reponerlo mediante una buena hidratación y una alimentación correcta. El potasio es necesario no solo en nuestra actividad diaria, sino que también tiene una importante función en nuestro organismo como, por ejemplo, regular la presión sanguínea y la frecuencia cardíaca.
Algunos de los alimentos con alto contenido en este componente son:
- Las hortalizas como el brócoli, los tomates, las espinacas o la calabaza
- Algunas frutas como los cítricos, el plátano, el kiwi, las ciruelas y los albaricoques
- Las nueces y otros frutos secos de semilla
- El pescado como el salmón, el bacalao o las sardinas
Para olvidarnos del cansancio y la fatiga típicos de estos meses de calor y poder seguir con nuestra vida habitual de forma activa, existen soluciones nutricionales que vienen a darnos el refuerzo que necesitamos.