Redacción, 12-05-2021.- Más de la mitad de la población tiene la falsa creencia de que los síntomas asociados al reflujo gastroesofágico solo se deben a alimentos concretos o a comidas copiosas, por lo que no tienen en cuenta otros factores de estilo de vida a la hora de prevenirlos. De hecho, un 14% no hace nada por remediarlos. Así lo concluye la encuesta ‘Mitos sobre la protección esofágica y reflujo’ realizada por el Instituto #SaludsinBulos a 1.200 personas, con el aval de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
Tal y como recoge SEMERGEN, la enfermedad por reflujo gastroesofágico es una patología muy frecuente, que afecta al 10% de la población. La mayor parte de los casos son leves, pero alrededor de un 12% pueden presentar inflamación o ulceración de la mucosa esofágica, o incluso un esófago de Barrett, según datos de la Asociación Española de Neurogastroenterología y Motilidad (ASENEM).
Tanto la ASENEM como el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCOF) se han unido al Instituto #SaludSinBulos, SEMERGEN y ASENBAR (Asociación de Enfermos con Esófago de Barrett) en la campaña ‘ReflujosinBulos’, que cuenta con la colaboración Laboratorios Norgine.
El hábito más seguido por las personas que sufren síntomas asociados a reflujo es la evitación de las comidas picantes o muy especiadas. “Si bien es cierto que la alimentación juega un papel clave en las enfermedades del esófago como el reflujo gastroesofágico, hay mucha confusión sobre este asunto y los pacientes no tienen muy claro qué pueden comer y qué no, evitan algunos alimentos y con eso creen que pueden solucionarlo. Además, no consultan al médico para ver cuál puede ser el origen, pues puede estar originado por estrés, por la toma de otros fármacos o por daños en el esófago”, subraya la doctora Mercedes Ricote, coordinadora del Grupo de Trabajo de Aparato Digestivo de SEMERGEN.
El hecho de que los pacientes busquen la solución por su cuenta y no recurran a un profesional sanitario, “puede ser peligroso ya que si no ponemos solución o reducimos la sintomatologia, y se continua exponiendo al esófago a los ácidos gástricos, la mucosa esofágica seguirá dañándose y hará que con el tiempo sus células se vuelvan más vulnerables a la acción del ácido y se produzcan cambios que pueden originar patologías como el Esófago de Barrett o incluso el cáncer de esófago”, advierte.