Redacción, 04-07-2019.-Un viaje puede suponer toda una serie de retos para las personas con diabetes. No es de extrañar por tanto que muchos de ellos busquen información antes de iniciarlo. Sin embargo, sólo un 25% lo hace con su equipo de atención médica y hasta un 55% busca en Internet, con los riesgos que esto puede suponer debido a la gran cantidad de información poco rigurosa que se puede encontrar, según recoge Roche.
“Lo más importante que sucede durante un viaje es que se modifican las costumbres y dinámicas que se realizan en el día a día. Es importante tener en cuenta que solamente caminar una hora más de lo normal o tomar un alimento con mayor contenido de hidratos de carbono puede suponer una alteración de las cifras habituales de glucosa en sangre” comenta Serafín Murillo, investigador del CIBERDEM en el Hospital Clínic de Barcelona.
Por ese motivo, las personas con diabetes que viajan de forma habitual suelen mantener controles de glucemia más aceptables durante sus viajes. La experiencia que han ido acumulando les ayuda a saber realizar las modificaciones necesarias en sus tratamientos, así como a variar el aporte de hidratos de carbono de su dieta. “Sin embargo, los que viajan de forma más esporádica pueden tener mayores oscilaciones glucémicas, precisamente por esta falta de experiencia” apunta el investigador.
De esta forma se explica que los principales problemas que se encuentran son en la preparación del viaje (30%), llevar suficientes suministros para la diabetes (51%) y la dificultad en los cambios horarios (47%).
La pérdida de los suministros para el control de la diabetes, como tiras reactivas o insulina (30%), problemas con el personal de seguridad del aeropuerto (26%) o la percepción de inestabilidad de la glucemia (20%) se consideran los principales miedos.